Economía

Por qué el muro al cobre puede ser la medida más inflacionaria de EEUU... y no lograr ningún resultado

  • Trump ha impuesto un arancel del 50% a la materia prima a partir del 1 de agosto
  • Importa el 40% de lo que necesita y puede sumar medio punto al IPC
  • Levantar una mina de cobre es un proceso que puede extenderse décadas
Fábrica de cobre (iStock)

Esta semana Donald Trump ha activado uno de los aranceles más importantes en su nueva era. Los gravámenes al cobre, pese a que muchas veces no sean identificados como tal, llevan encendiendo las alertas de los analistas del mercado desde el mismo momento en el que el republicano accedió a la Casa Blanca. El motivo es que, aunque no lo parezca en primera instancia, el metal rojizo es uno de los pilares de la industria mundial y como tal, el impacto inflacionario de la medida puede ser el más grande de todos.

El motivo fundamental es su impacto en la construcción y la industria pasando, especialmente, por todos los sistemas eléctricos. Según el Centro de Estudios Estratégicos, la subida en los precios del cobre tiene un impacto decisivo en el IPC, aunque de una naturaleza distinta que el petróleo. Su impacto es menos explosivo a corto plazo pero más pegajoso a medio y largo.

La institución indica que cada subida del 10% en los precios del cobre genera un alza equivalente del 0,2% en el IPC en un plazo de 12 meses. Sin embargo, este golpe no se disuelve, sino que provoca un alza del 0,3% en la subyacente y 0,5% en la general a los tres años de la subida del precio. El motivo es que mientras el oro negro se usa en el momento como combustible, el cobre se usa como insumo indirecto en la maquinaria y equipos eléctricos. Algo que se ve especialmente bien en la construcción. "La exposición indirecta a los metales básicos es cuatro veces mayor que la exposición directa".

Cabe destacar que con un alza del 13,2% en un solo día con el anuncio y del 39% en lo que llevamos de año, el golpe puede ser realmente intenso. Ya con la amenaza de aranceles en los meses anteriores y un suministro realmente estrecho, los precios estaban subiendo. Sin embargo, la propuesta en firme para este mismo mes de agosto de un gravámen del 50% ha hecho saltar todo por los aires. El motivo fundamental es forzar que EEUU produzca cobre con sus propios medios y pueda usar este sacrificio momentáneo para, en un futuro, volverse autosuficiente de un metal totalmente clave.

Además EEUU está fuertemente expuesto al exterior para tomar una medida tan agresiva a nivel arancelario. El país importa un 40% de un insumo que es estratégico. Chile es responsable del 35% de las importaciones de EEUU y Canadá representa el 26%. Una decisión que, además, se toma en un contexto de mercado que ya era extremadamente ajustado con un déficit de 200.000 toneladas en el mercado global.

Un mercado ya casi al límite

El motivo es que la producción es muy complicada de ampliar mientras la marcha global de la economía y la expansión de industrias clave intensivas en cobre se acelera (coches eléctricos, semiconductores… etc). Según el Grupo Internacional de Estudio del Cobre (ICSG, por sus siglas en inglés), la producción minera sólo aumentará un 2,3% en 2025 y un 2,5% en 2026. Esto mientras la demanda sube un 2% este año y aún más el siguiente. Estos últimos datos fueron una actualización importante en la que daban por hecho un importante golpe en la economía por, precisamente, la política arancelaria de Donald Trump.

Sin embargo, esta estimación, que apunta a un mercado estrecho 'salvado' por el frenazo en la economía, es sólo uno de los más optimistas. En el caso de la Agencia Internacional de la Energía habla de un déficit sostenido que irá expandiéndose hasta ser de un 30% para 2035.

El cobre está ganando una demanda muy poderosa al implementar sus usos. Si bien todo tipo de industria la utiliza, la automotriz la encuentra esencial, pero también la eléctrica, eólica, química y militar. Son tantos sus usos que muchas veces su cotización suele ser una referencia para medir la salud de la economía mundial.

El golpe, en cualquier caso, tardará en llegar. Desde Bank of América explican que el mercado estadounidense se ha estado preparando para esto con celo. En sus reservas hay acumulado un 5% de la producción mundial, con cerca de 600.000 toneladas de inventarios. "Creemos que los inventarios serán la primera señal para los consumidores a medida que las reservas caigan. Vemos probabilidad de que se envíe menos metal a EEUU".

¿Un esfuerzo inútil?

Ewa Manthey, analista de ING, comenta que, lo peor, es que todo ese esfuerzo inflacionario podría ser en balde para EEUU, la clave está en las cifras. EEUU solo produce el 5% del cobre del mundo con una caída del 20% de la producción en una década. Durante años las mineras de EEUU han abandonado el cobre en favor de proyectos más rentables tanto en caso como en el extranjero, haciendo que países como Chile se conviertan en líderes absolutos y principales proveedores.

El problema para el banco neerlandés es que "la construcción de nuevas minas no es algo rápido, tarda unos 29 años debido a los largos procesos de obtención de permisos". La experta pone como ejemplo los aranceles al acero y al aluminio de su primera etapa que buscaban el mismo objetivo, aumentar la producción nacional. Sin embargo, 8 años después de los primeros gravámenes a estos productos "la industria siderúrgica de EEUU produce un 1% menos que en 2017 y el aluminio un 10% menos".

En ese sentido desdd ING ven un doble golpe, favorable para fuera de EEUU y muy negativo para su interior. En el caso del país norteamericano "es posible que los envíos simplemente se reduzcan. Una vez se agoten los inventarios traerá una mayor inflación, algo que elevará los costes de fabricación de toda la industria estadounidense justo cuando Trump está intentando que la Fed reduzca los tipos de interés".

En Europa (y el mundo) el resultado será el opuesto. Los productores concentrarán sus pedidos en estos mercados, creando una sobreoferta. En consecuencia, desde ING, "creemos que esto será bajista para los precios en Londres (bolsa de referencia de materias primas para toda Europa). Es probable que se genera una mejora de la disponibilidad de cobre fuera de EEUU que pesará sobre los precios".

No todos coinciden en que sea un esfuerzo inútil. El fundador de Ivanhoe Mines, Robert Friedland, comentaba en una entrevista a Financial Times que se trata de una medida inteligente por la necesidad de "despertar a la población" ante la necesidad de volverse autosuficiente con la materia prima. "Hay una serie de materias primas críticas y sin ella no se puede hacer nada respecto del calentamiento global ni ecologizar la economía mundial y existe una vulnerabilidad crítica en la seguridad nacional".

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