La ola del coronavirus también tendrá efectos devastadores para el sistema español de pensiones. El sobreendeudamiento del Estado para paliar los efectos de la pandemia y la profunda recesión que todos anticipamos mermarán aún más la ya de sí cuestionada capacidad de las cuentas públicas para garantizar el pago de las jubilaciones en los próximos años. Ante esta tesitura España sólo tiene un camino si quiere preservar el estado del bienestar: incentivar otros sistemas de ahorro, como los planes de empleo de empresas o los planes de pensiones privados.