Empresas
- 08/10/2018, 09:21
La farmacéutica Almirall vivió el año pasado uno de los años más críticos de su historia. El laboratorio catalán de los hermanos Gallardo cerró el ejercicio con unas pérdidas superiores a los 300 millones, frente a los 75 millones de ganancias del año anterior. La crisis en la compañía provocó la salida del propio consejero delegado del grupo, Eduardo Sanchiz, y la llegada del belga Peter Guenter, que aterrizó en Barcelona desde la multinacional francesa Sanofi. Ahora, un año después de tomar las riendas de la primera farmacéutica española, parece que la apuesta por el nuevo primer ejecutivo empieza a dar sus frutos.