¿En qué se parecen Mariano Rajoy y Pedro Sánchez? En que los dos cuando tienen un problema, en vez de intentar resolverlo, lo guardan en un cajón hasta que se pudra. La semana pasada la Autoridad Fisca (AIReF) y ésta el Banco de España han coincidido en que el problema más grave que tiene nuestro país en este momento no es la inflación, sino un déficit estructural superior al 4 por ciento del PIB. ¿Y qué significa estructural?, pues que está en la estructura del gasto público y es imposible reducirlo sin ajustes. Los dos organismos coinciden también en que si no se hace nada en un par de décadas, la deuda puede escalar 20 puntos, hasta alcanzar el 140 por ciento del PIB.
Rajoy no tomaba decisiones por naturaleza, era su manera de ser y de pensar, pero Sánchez no es así, es que ni quiere ni puede hacerlo por falta de apoyos políticos. La reforma laboral, de la que la vicepresidenta Yolanda Díaz presume como si fuera la clave de la bóveda de esta legislatura (porque permitirá hacer fijos a todos los empleados del sector turístico y agrario a la vez), se aprobó en el tiempo de descuento porque un diputado del PP se equivocó de botón.
La ley de Vivienda lleva más de un año en dique seco porque ni Podemos ni ERC la consideran progresista, mientras que el precio de los alquileres bate récord tras récord por el miedo de los inquilinos a poner más casas en el mercado. Pero la piedra angular de las reformas está en las pensiones.
Escrivá se equivocó al acceder a las presiones de los sindicatos y del Gobierno vasco para que se revaloricen igual que el IPC. Los calendarios son traicioneros. La decisión se tomó en vísperas de la guerra de Ucrania, que está provocando una explosión en los precios, sobre todo de la energía.
Tanto el Banco de España como la AIReF advierten de que es una barbaridad subir éste año las pensiones como el IPC. La Autoridad Fiscal estima que en el actual escenario, el gasto de la Seguridad Social se incrementará en 3,3 puntos del PIB en 2050 (más de 40.000 millones). El gobernador Pablo Hernández de Cos pide en el informe anual del Banco de España presentado esta semana, que no se derogue el factor de sostenibilidad (añadirá 0,9 puntos del PIB al déficit) y que se introduzca estabilizadores automáticos, que corten el grifo del gasto en caso de desviación. Escrivá le respondió de inmediato, tachando su estudio de "falto de sofistificación". Una descalificación casi personal.
Se empeña en que las pensiones suban el doble que los salarios ante las citas electorales
El desconocimiento de los asuntos económicos de Pedro Sánchez, le llevó a reunir a los agentes sociales (sindicatos y patronal) en Moncloa para pedirles moderación salarial a la par que apoyaba un aumento astronómico de las pensiones. Si un jubilado, que ya no tiene cargas familiares, logra un incremento de su pensión del seis por ciento, ¿por qué un trabajador, con cargas familiares, tiene que resignarse a subidas del dos ó tres por ciento, con pérdidas graves del poder adquisitivo? No tiene sentido que se apoye a uno y a otro no. Lo coherente es que se pida a empleados y pensionistas el mismo esfuerzo.
Sánchez podría rectificar, pero prefiere hacerse el gallego. ¿Por qué lo hace? porque con elecciones andaluzas, seguidas de municipales, autonómicas y generales en retahíla de aquí a 2023 es mejor tener contentos a nueve millones de jubilados, que arriesgarse a perder su apoyo.
Es como si oye llover. No debate estos asuntos con sus ministros. Él toma decisiones sin consultar con nadie y así nos va. No hay diálogo interno en el Consejo de Ministros. Muchos se enteran cinco minutos antes de las propuestas. El presidente jamás telefonea para preguntar la solución, si no es a Yolanda Díaz, por temor a que monte un pollo ante las cámaras de televisión que la persiguen cada vez que visita Moncloa.
Los ministros de Podemos, que acababan de criticar al emir de Qatar, Tamin Bin Hamad Al Thani, por sus políticas, se encontraron con que debían votar a favor de concederle el collar de la Orden de Isabel la Católica, la máxima distinción del Estado a una Institución. El rifirrafe entre las vicepresidencias primera y segunda, Nadia Calviño y Yolanda Díaz a cuenta de las bajas laborales a las mujeres con menstruación dolorosa es el último exponente de sus diferencias.
Sánchez no debate, sólo vale su ordeno y mando. Hay duda de que de que sea de nuevo candidato
La relación de Díaz con el resto de ministros de Podemos (Irene Montero, Alberto Garzón ó Ione Bellarra) hace tiempo que está rota por culpa de Pablo Iglesias. "Es cuestión de tiempo que la coalición de Gobierno salte por los aires", advierte un alto cargo próximo a Moncloa. "Hace tiempo -prosigue- que no se discuten los asuntos internamente con el Partido y se tiene pánico a las encuestas". "En el mejor de los casos, el resultado no daría el 28 por ciento, pero es que las expectativas de Podemos son aún mucho peores, están claramente a la baja, (…) las posibilidades de mantener el Gobierno de coalición en estos momentos son remotas. (…) Existen muchas dudas hasta de que Pedro (Sánchez) sea el candidato del PSOE a las próximas elecciones, aunque él no lo revelará hasta el último minuto, lógicamente".
En estas circunstancias, las posibilidades de sacar adelante reformas de calado para lograr que la economía remonte después del Covid son inexistentes. El Banco de España remarca en su último informe que la economía está muy debilitada por los dos shocks recientes que sufrió: la Covid y la guerra de Ucrania. Y recomienda acometer una batería de reformas, que van desde aumentar la oferta en alquiler ó incidir en el proceso de transformación ecológica hasta medidas fiscales. Las más importantes son éstas últimas.
De Cos considera que es necesario actuar tanto del lado del gasto como de los ingresos. Aconseja empezar a reducir en medio punto (algo más de 5.000 millones anuales) el déficit estructural mediante una revisión en profundidad del gasto público para evitar que la deuda pública se convierta en insostenible. El ajuste debería acometerse de manera sostenida ¡nada menos! que durante una década continuada para volver a situar el endeudamiento en ratios inferiores a la cifra de PIB anual.
Hay que tener en cuenta que en un contexto de tipos de interés crecientes (De Cos los sitúa en el 1 por ciento a finales de año), los costes de financiación serán asumibles a corto y medo plazo, pero no en las próximas décadas.
El Banco de España no se deja detalle y aconseja acompañar la revisión del gasto con un incremento de los ingresos, que debería comenzar por un replanteamiento de las deducciones fiscales. Pero el plato fuerte lo concentra en la subida del IVA, tanto del tipo medio como del reducido, que están alrededor de un punto por debajo de Europa .
El Banco de España tira por tierra tanto la subida del IRPF, que defiende la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para las clases más altas, así como de las cotizaciones sociales, puesta en marcha ya por Escrivá. Tanto el IRPF como las cotizaciones están por encima de la media europea.
¿Por qué el Gobierno silva ante las recomendaciones del banco central? Porque quiere hacer política con los impuestos y las cotizaciones, concentrando las alzas fiscales en las clases media y altas, mientras que rehúsa incrementar el IVA porque su efecto sería redistributivo y afectaría de manera más progresiva a todas las capas de la población.
De todas maneras, la primera prueba de fuego va a estar en la aprobación de la segunda parte de la reforma del sistema de pensiones, que el Gobierno necesita presentar ante Europa pare recibir el tercer tramo de los fondos Next Generation. Desde Podemos se acusa a Escrivá de intentar una privatización por la puerta de atrás de la pensiones, ya que propone extender los planes de empleo públicos a todos los empleados para lograr un comisión de gestión por debajo del uno por ciento. Naturalmente, esto no es posible acometerlo desde la Administración, serán las aseguradoras privadas, mucho más eficientes, las que deberán gestionarlo.
También se desconoce cual será el voto de sus socios independentistas de ERC o de Junts, ni siquiera del PNV, ya que Euskadi cuenta con un sistema propio, el de las EPSV, que ha servido de inspiración a Escrivá.
La legislatura entra en vía muerta. Sin mayorías para acometer reformas y con la proximidad de varias citas electorales, todo descansará, según admiten en medios oficiales, en la distribución de los fondos europeos y en que no se tuerza la llegada de turistas extranjero, que debería alcanzar este verano las tasas de récord de 2019.