La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha presentado hoy su informe sobre la actualización del Programa de Estabilidad 2022-2025 remitido por el Gobierno a Bruselas. Su principal consideración, tomando como referencia una escenario macroeconómico y fiscal factible, es que detecta "vulnerabilidades" y una carencia de un plan fiscal asentado a largo plazo. Insta al Gobierno a reducir el déficit estructural del 4% para evitar un rebote de la deuda a partir de 2025, un factor que "puede comprometer las previsiones a largo plazo".
La AIReF llama al Gobierno a actualizar su plan fiscal. Al haber terminado 2021 un punto y medio por debajo de lo previsto, reclama una mayor ambición para marcarse un objetivo mayor este año. "El Gobierno contempla una reducción estructural del déficit, pero desde la AIReF consideramos que no hay unas medidas de consolidación que moderen esa reducción", argumentan.
La senda de deuda va a tener un sentido ascendente, explica la presidenta, Cristina Herrero. Piden que cambie la ley de estabilidad presupuestaria para que no descanse en un recorte del gasto inexorable a costa de dañar el crecimiento económico. "No tienen sentido las reducciones lineales de gasto para cumplir con los objetivos fiscales de deuda", asegurando que es una visión a corto plazo. Piden una reducción de la senda del gasto que acompase crecimiento y reducción de la ratio de deuda, con un plan con el que el Gobierno rinda cuentas.
El informe ha sido presentado por la presidenta de la auditora pública, Cristina Herrero, junto el director de la División de Análisis Presupuestario, Ignacio Fernández-Huertas, y la directora de la División de Análisis Económico, Esther Gordo.
En el caso del saldo de las administraciones públicas, las previsiones del Gobierno dibujan una reducción en los primeros ejercicios para estabilizarse entorno al 2,9% a partir de 2025, una línea de reducción que también trazaría en consonancia la deuda pública. Este punto es el dolor de cabeza de la auditora independiente, máxime cuando la aspirina, un plan de consolidación fiscal a largo plazo, no existe en España.
El devenir del déficit estructural es un elemento de riesgo para los factores macroeconómicos a largo plazo. Máxime, observando cómo el calendario no hace más que acercar la fecha de la vuelta a las reglas fiscales y la normalidad monetaria que aún está por definir. Para 2025, este objetivo de medio plazo que marca el Gobierno en el 0,4% queda totalmente incumplido según las previsiones de la AIReF, que lo observa en un 4% para ese año.
En la presentación, Cristina Herrero reiteró su aval al plan de estabilidad remitido a Bruselas remarcando, de nuevo, los factores externos a tener en cuenta. La pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis energética o las rupturas en la cadena de suministro comprometen un punto y medio de crecimiento del PIB.
El impulso del Plan de Recuperación y Resiliencia tiene un multiplicador del crecimiento del 0,9
En todo caso, el impulso del Plan de Recuperación y Resiliencia ("sin duda falta información", explica Herrero) tiene un multiplicador del crecimiento del 0,9 (más desfavorable de lo previsto, un 1,2) que podría sumar hasta siete décimas al PIB. En el peor de los escenarios, el crecimiento quedaría más de dos puntos por debajo de lo previsto.
La disminución de la ratio de deuda sería de casi 10 puntos hasta 2025, pero, en todo caso, quedaría aún otros 10 puntos por encima del nivel prepandemia: un 108,8%. Además, recalcan que la ratio está directamente ligada al crecimiento económico nominal que tiraría a la baja el nivel de deuda. "El alto nivel de deuda nos pone una situación vulnerable".
De cara a la vuelta a la normalidad, el escenario central de aumento de 100 puntos básicos de los tipos de interés carga 20.000 millones de euros extra de carga financiera. A largo plazo, la presión del envejecimiento elevará la presión sobre las cuentas públicas.
El mercado laboral salva el golpe
Desde el Programa de Estabilidad del año pasado al actual han cambiado muchas cosas, pero la incertidumbre sigue latente. La inflación esperada ha crecido prácticamente cinco puntos, hasta el 6,5% esperado. El rally de precios ha provocado que el IPC gane peso en estas previsiones que también reducen la demanda interna y la demanda nacional, además del PIB por supuesto. Eso sí, dentro de este shock económico se salva el mercado laboral. La AIReF espera que la tasa de paro acabe 2022 rozando el 13%, si bien el empleo equivalente a tiempo completo crecerá menos de lo previsto, en torno al 3%.
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