Infraestructuras y Servicios

La paz entre Florentino Pérez y Benetton en Abertis ya da sus frutos

  • ACS y Mundys sellan sus primeras sinergias, reparten su poder e inyectan capital
Florentino Pérez, presidente de ACS, y Alessandro Benetton, presidente de Edizione

ACS y Mundys, antigua Atlantia, han cumplido este año un lustro como socios capitalistas y estratégicos de Abertis, la mayor concesionaria de autopistas del mundo que compraron a través de una opa (oferta pública de adquisición) conjunta por un precio de casi 18.200 millones de euros.

Un matrimonio que comenzó con no pocas dudas por la idiosincrasia de los contrayentes, acostumbrados ambos a dominar sus 'relaciones'. Tanto ACS como Atlantia intentaron en 2017 comprar individualmente el operador español, entonces con Criteria como accionista de referencia. Sin embargo, las consecuencias financieras en un caso, y las trabas burocráticas en otro, propiciaron un entendimiento que se plasmó en un pacto de accionistas por el que el grupo presidido por Florentino Pérez renunciaba a la consolidación y cedía, a priori, a la italiana, controlada por la familia Benetton a través de Edizione, un mayor poder en la línea de decisión de Abertis, con más asientos en el consejo de administración y el derecho a elegir a los principales directivos (consejero delegado y director financiero).

La 'convivencia' en los tres primeros años transcurrió sin grandes discusiones públicas, aunque de puertas para adentro las pretensiones de mando de ambos grupos, en medio además de una grave crisis reputacional, y económica, de Atlantia por el derrumbamiento del puente de Génova, generaron no pocos enfrentamientos, provocando que Abertis perdiera oportunidades de crecimiento en plena contracción de su negocio por la finalización de varias concesiones de relieve en España. Marcelino Fernández Verdes, mano derecha en aquellos tiempos de Pérez, quien le llegó a designar en una entrevista en televisión como su sucesor en ACS, ocupaba la presidencia no ejecutiva, pero la realidad es que su ascendencia era mayúscula en el día a día de la empresa.

Cuando sellaron su alianza en 2018, escenificada en un acto público protagonizado por Florentino Pérez, Marcelino Fernández Verdes y el entonces consejero delegado de Atlantia, Giovanni Castellucci, el también presidente del Real Madrid exaltó que sería "para toda la vida". El acuerdo de accionistas fijaba un periodo inicial de 10 años, si bien a los cinco, es decir, en el presente curso, ambos podían instar la ruptura si cualquier de las partes acreditaba cinco situaciones de bloqueo que no hubieran sido resueltas. Aquella tensa calma de los primeros años viró en tormenta en 2021, cuando ACS admitió negociaciones con Brookfield y GIP para adquirir a Atlantia su negocio de autopistas, instrumentado en la italiana Austostrade y en su participación en Abertis. Los Benetton, que años antes se habían topado con las reticencias del Gobierno español a su opa sobre Abertis, se opusieron frontalmente y encontraron en Blackstone el aliado para impedir el asalto de Pérez y los fondos que, de hecho, ni siquiera llegaron a presentar una oferta.

El amago de ACS generó un profundo enfado en el presidente de Edizione, Alessandro Benetton y su familia, hasta el punto de que su asociación en Abertis se puso más en duda que nunca. Pérez y el empresario italiano hablaron. El también presidente del Real Madrid rectificó en su intención y la tormenta amainó. En todo caso, la ecuación en el poder de la concesionaria española suscrita en 2018 aún generaba asperezas. En abril de 2021 Fernández Verdes dejaba de ser consejero delegado de ACS, manteniéndose aún como presidente de Abertis. Tras un año vacante, Juan Santamaría fue designado, en mayo de 2022, como número dos de Florentino Pérez. Desde esta posición, el nuevo 'delfín' inició entonces un proceso de regeneración en las relaciones con la firma transalpina en aras de dar el impulso que Abertis necesita para seguir creciendo. A finales del año pasado los socios ya deslizaron un mayor entendimiento cuando aprobaron liberar 1.000 millones de euros para promover su expansión. La salida de Fernández Verdes de Abertis la pasada primavera y el nombramiento como presidente de Santamaría supuso el punto de inflexión definitivo para abrir una nueva etapa que se consumó en julio cuando oficializaron una modificación del pacto de accionistas y el compromiso mutuo de inyectar capital en Abertis para afrontar adquisiciones.

Nuevo director financiero

El renovado acuerdo, pendiente de ratifcación en junta, modifica, en primer lugar, las participaciones en Abertis. Mundys, el nuevo nombre con el que los Benetton y Blackstone rebautizaron a Atlantia en marzo, y ACS equipararán al 50% sus posiciones -hasta ahora la italiana tenía el 50% más una acción y la española el 50% menos una acción (incluye el 20% de su filial alemana Hochtief). Seguirá, eso sí, consolidando la italiana. Asimismo, cambia el esquema de gobernanza. Nombrarán a 12 miembros del consejo a partes iguales, frente a cinco que elegía Mundys y cuatro ACS, y equilibran el reparto de los primeros ejecutivos. Mundys seguirá nombrando al CEO, actualmente desempeñado por José Aljaro y al secretario del consejo, mientras que ACS mantiene el derecho a designar al presidente -Santamaría- y añade el del director financiero. No en vano, lo ha ejercido este mes y ha relevado al italiano André Rogowski, de la confianza de Mundys, por Martin D'Uva, exdirectivo del grupo español.

Sobre el nuevo marco, Abertis al fin ha logrado las primeras sinergias que ambicionaba con sus accionistas, al sellar recientemente la compra del 56,8% de la autopista de peaje SH-288 de Texas (Estados Unidos), propiedad hasta ahora de ACS. Pagará 1.447 millones de euros. Asimismo, ha logrado este mes ha resultado ganador en la privatización de cuatro autopistas de peaje en Puerto Rico con una oferta de 2.700 millones. Para financiar estas operaciones, ACS y Mundys han acordado aportar 1.300 millones de euros a Abertis a través de una ampliación de capital. Una muestra del compromiso suscrito con el que los socios buscan evitar que la concesionaria se endeude más y proteger así su grado de inversión. Con estos proyectos, Abertis crecerá y potenciará las condiciones para, en el futuro, mejorar los dividendos que reparte a sus accionistas.

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