Las financieras de consumo han logrado recuperar parte del terreno perdido en los meses más difíciles de la pandemia por las restricciones de movilidad. Según los últimos datos disponibles, estas entidades (muchas de las cuales pertenecen a bancos y a fabricantes de coches) en septiembre ganaron casi tanto que en los ocho meses anteriores, al obtener un beneficio de 177 millones.
Estas firmas han dejado atrás, de esta manera, las pérdidas cosechadas en abril y en agosto y las nulas ganancias de julio. Además, en septiembre la cuantía es más del doble de los meses previos al estallido del coronavirus, cuando de media la cifra se situaba en torno a los 70 millones de euros.
Pese a la recuperación, en el conjunto del ejercicio estos establecimientos de crédito continúan con una bajada considerable de los resultados, como consecuencia del desplome de la actividad y del repunte de los impagos. En los nueve primeros meses del ejercicio, el conjunto del sector logró un beneficio de 414 millones, que es casi la mitad que en el mismo periodo de 2019.
La caída de nuevas operaciones, que ha llegado a ser del 80% en el periodo del confinamiento total, han llevado a que el saldo de préstamos de estas entidades se haya reducido más de un 6% en tasa interanual.
Por su parte, su volumen de insolvencias se ha visto acrecentado en lo que llevamos de ejercicio un 15% a pesar de las moratorias puestas en marcha por el sector para aliviar las cargas de las familias más vulnerables, lo que ha obligado a los establecimientos a incrementar la hucha de provisiones. En concreto las financieras de consumo han elevado a 3.025 millones el saldo de morosos y el ratio de impagos ha escalado hasta el 6,6%, aunque en algún momento de la pandemia sobrepasó el 7%. Las dotaciones de este sector ascienden a 2.228 millones.
Sector vulnerable
Para los próximos meses se espera que tanto la morosidad como las dotaciones vayan al alza. Los expertos consideran que será uno de las actividades donde más aumentos de las insolvencias se produzcan. En este sentido, por ejemplo, desde S&P llevan alertando desde hace tiempo que los créditos al consumo son la pieza más vulnerable para el sistema financiero español, junto al de pymes. La agencia de calificación viene remarcando que, a diferencia de la pasada crisis, no hay signos de desequilibrio en el mercado hipotecario e inmobiliario y los bancos tienen "sobradamente provisionados" este tipo de activos.
Las financieras han llegado a la pandemia tras años de crecimiento exponencial, incentivado por la recuperación de la economía. Tal fue el boom, que el Banco de España y otros organismos llegaron a llamar a la prudencia y reclamaron una relajación en la oferta de este tipo de productos. En 2018, estas firmas acumularon préstamos por 51.200 millones, máximo desde 2009. El año pasado la cifra descendió ante las recomendaciones del supervisor, a algo menos de 51.000 millones. En la actualidad, el volumen alcanza casi 45.800 millones.
Las filiales de consumo de las entidades potenciaron esta actividad, ya que en el corto plazo obtienen unos mayores rendimientos que con otro tipo de préstamos, en un momento en que los tipos de interés se encuentran negativo. De hecho, casi todos los bancos fortalecieron este segmento con acuerdos tanto comerciales como societarios con distintas firmas especializadas. Así, cabe destacar los pactos alcanzados con el Santander con el grupo PSA para la financiación de coches o con El Corte Inglés. También es reseñable una de las últimas alianzas, la sellada por Bankia con Credit Agricole, que será disuelta tras la fusión de la entidad nacionalizada con CaixaBank a principios de 2021.
Camino por recorrer
Con la crisis sanitaria, la actividad se frenó en seco, pero poco a poco va recuperando el ritmo gracias a los menores descensos en las nuevas operaciones. Estas están cayendo un 20%, aunque esta estadística incluye préstamos de los bancos que no realizan a través de sus divisiones especializadas.
En el sector se espera una progresiva reactivación en 2021, siempre y cuando las expectativas sobre la evolución económica se mantengan como hasta ahora, un aspecto que compensará la previsible subida de la morosidad. Con estas previsiones, aún quedará tiempo para que los establecimientos vuelvan a ganar más de 1.000 millones de euros en un solo ejercicio. Este umbral lo superaron por primera vez en 2018, cuando la burbuja estaba en su máximo esplendor.

El camino todavía tiene recorrido y su amplitud dependerá en gran medida del éxito de las vacunas contra el Covid-19 que empezarán a suministrarse en nuestro país la última semana de diciembre.
Con el fin de reanimar la demanda, el crédito al consumo está experimentando caídas de precio generalizadas, apoyadas también en un desplome histórico del euribor. El precio de los préstamos para la adquisición de bienes duraderos está en mínimos de un decenio. La tasa que aplican las entidades por esta financiación es del 7,52%, incluyendo comisiones. Pese al abaratamiento, es uno de los precios más elevados de toda la zona euro.