
Endesa invertirá unos 300 millones de euros en ejecutar el primer plan de despliegue de baterías del país, entre 2021 y 2023. Con una cartera de 600 MW de estos sistemas de almacenamiento, la mayoría para nuevas plantas renovables, la compañía quiere conectar 278 MW en el trienio y aspira a que todas las centrales mayores de 25 MW tengan su propia batería.
La planificación energética del Gobierno prevé la instalación de 500 MW en sistemas de almacenamiento para 2025 y de 2.500 MW para 2030, la mayoría de ellos en baterías que se conecten en las centrales eléctricas renovables y, en menor medida, en los sistemas de autoconsumo y generación distribuida. A tal efecto, a inicios de octubre lanzó a consulta pública una Estrategia del Almacenamiento Energético.
Con unos costes todavía muy elevados y con la regulación aún pendiente, son muy pocos los proyectos de energía eléctrica conectados a las redes que incorporan una batería, solución habitual en las instalaciones aisladas, en lugares remotos o de difícil acceso. El primero de cierto tamaño lo conectó Iberdrola en Murcia en noviembre del año pasado, con 3 MW de capacidad.
La eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán está construyendo un proyecto en Puertollano para producir hidrógeno con el que alimentar la fábrica de fertilizantes de Fertiberia que también incluye un sistema de almacenamiento de 20 MW, pero su reciente plan de 2021 a 2025 -invertirá 14.300 millones en España- no incluye ningún desarrollo más de este tipo de tecnologías.
En cambio, la eléctrica dirigida por José Bogas sí ha incluido un importante despliegue de baterías en su Plan Estratégico 2021-2023, presentado la semana pasada: tiene la intención de poner en servicio 277 MW durante el período, 55 MW en los sistemas eléctricos extrapeninsulares y 222 MW en el sistema peninsular, adicionales a los 3.900 MW de renovables que instalará durante el trienio.
El de Endesa es el primer plan del país para desarrollar este tipo de sistemas de almacenamiento a gran escala, que ejecutará su filial para energías limpias, Enel Green Power España.
Un millón de euros por MW instalado
Preguntado por su coste durante la citada presentación de resultados, Luca Passa, director financiero de la compañía, calculó alrededor de un millón de euros por MW instalado, y alertó de que, aunque la tecnología se abarata rápidamente, espera un desembolso de capital para nuevas instalaciones verdes más elevado que en la actualidad, precisamente por la necesidad de incorporar las baterías y el almacenamiento.
En cualquier caso, Endesa señala a elEconomista que ha dividido su plan de despliegue de baterías en dos tipos de aplicaciones, ambas incorporadas a instalaciones de generación -de acuerdo con el concepto de la hibridación, en jerga sectorial-, tanto para renovables como para térmicas convencionales.
En el primer caso, quiere aumentar la gestionabilidad de las instalaciones eólicas y fotovoltaicas y obtener ingresos por prestar servicios de capacidad al sistema eléctrico y participar en los mercados de ajuste, cuando esté aprobada la normativa, actualmente en elaboración. Pretende añadir una batería a todos los proyectos mayores de 25 MW.
El segundo caso es para las centrales térmicas de los sistemas no peninsulares, de modo que inyecten la energía que han almacenado previamente de un modo puntual, garantizando el suministro sin tener que arrancar las calderas. Todas las plantas tienen el diseño de la hibridación con baterías desarrollado y ya es una realidad en Melilla, donde cuenta con un sistema de baterías recicladas del Nissan Leaf recientemente premiado.
Baterías por 160 MW en Aragón
El mayor de los sistemas de baterías previsto, de 160 MW, complementará los 1.725 MW solares y eólicos que Endesa construirá en Teruel, en el entorno de la cerrada central térmica de Andorra. Las obras están planeadas en tres fases, arrancarán en 2021 y concluirán totalmente en 2026.
Este proyecto es muy particular -la red la zona exige una generación muy estable-, pero no la batería de 15 MW que se incorporará a las tres plantas solares de Logrosán (Cáceres), Baylio, Dehesa de los Guadalupes y Furatena, con 42 MW cada una y 127 MW en total, en operación desde hace un año.
La empresa recibió la semana pasada la Declaración de Impacto Ambiental positiva de la obra para montar la batería, de ión-litio, que se empezará a ejecutar el verano que viene. Endesa considera este proyecto una suerte de test de permisos para los demás proyectos peninsulares, ya que comprueba la validez de los procedimientos de tramitación vigentes, que aún no contemplan la hibridación de instalaciones.
En Mallorca también está desarrollando dos proyectos, de 3,4 MW y 2,7 MW, en las centrales solares de Orlandis y San Juny, ganadoras del concurso específico para el archipiélago que se celebró el año pasado, y percibirá ayudas del europeo Fondo de Desarrollo Regional. Aquí las baterías serán de litio sólido y aportarán energía durante cinco horas. Están terminando de tramitarse y se espera que las obras comiencen en 2021.
En las islas Canarias tiene tres proyectos en Gran Canaria y Fuerteventura que suman 25 MW, también para plantas solares. En estas centrales probará tecnologías de flujo, para dar más estabilidad a los sistemas eléctricos, y las obras empezarán en 2022, cuando obtenga todos los permisos.