Empresas y finanzas

La banca mete la tijera: reduce los gastos a mínimos de 2005 antes de las fusiones

  • El BCE reclama una disminución drástica de los costes para elevar la rentabilidad
Sucursales de los principales bancos españoles

La banca ha decidido intensificar el ahorro de costes operativos antes de iniciar el proceso de fusiones. El sector ha rebajado sustancialmente los gastos en lo que llevamos de año, hasta tal punto, que en el segundo trimestre la partida se ha situado en mínimos desde ele ejercicio 2005. Entre abril y junio, las entidades por su actividad en España han desembolsado 6.166 millones de euros para pagar todas las facturas, de los que 3.199 millones fueron a parar a las nóminas de los trabajadores.

De esta manera, en el primer semestre de 2020, el volumen de gastos de los bancos asciende a 12.522 millones, lo que supone un descenso del 4,5% con respecto al mismo periodo del año anterior. La disminución se debe, principalmente, al ajuste llevado a cabo en epígrafe de personal, que se ve mermado en un 6,3%, a algo más de 6.500 millones.

Las entidades son conscientes de que tienen que tendrán que llevar a cabo reducciones considerables de gastos en los próximos años para poder compensar la caída de los ingresos y el aumento de las provisiones para cubrir el alza de la morosidad crediticia. De hecho, es la única palanca con la que cuentan para mejorar la rentabilidad.

Los supervisores, incluso antes del estallido de la pandemia, venían aconsejando a la bancos a que metieran más la tijera en la partida de costes e instaban al sector a que iniciaran una ola de fusiones, porque es la forma más rápida de ganar eficiencia en un contexto de márgenes bajos.

El Banco de España llegó recomendar una bajada de hasta el 20% de los costes para situar el ratio de eficiencia cercano a los niveles anteriores a la crisis financiera que se desató en 2008, por debajo del 45%. En la actualidad, pese a los ajustes efectuados, las entidades españolas son menos eficientes por el desplome de los ingresos. Según las cifras del supervisor, el sector tenía que gastar 60 euros para ingresar 100 euros durante el primer semestre de este ejercicio, frente a lo 56 euros del mismo periodo de 2019.

El margen bruto de los bancos por su negocio en nuestro país se ha hundido un 11% como consecuencia del parón hipotecario y de los préstamos al consumo, además de por las moratorias concedidas a los clientes para aliviar su cargas a financieras tras la pandemia. El volumen de ingresos del sistema ha bajado hasta el mes de junio a 20.792 millones.

Ola de integraciones

En este coyuntura los primeros que han movido ficha han sido CaixaBank y Bankia, que han culminado con éxito las negociaciones para integrarse. El mercado espera ahora que otros grupos tomen también la iniciativa para que se produzca una segunda ola de fusiones. En el foco se encuentran Unicaja y Liberbank, además del Sabadell. Las primeras, según los expertos, están condenadas a entenderse tras las conversaciones fallidas de 2019, mientras que el segundo podría caer en manos de BBVA, aunque éste mantiene aún sus reticencias, a pesar de que ha declarado que aprovechará cualquier oportunidad que se presente siempre y cuando se genere valor para sus accionistas.

El sector, antes de que estos movimientos se sucedan, ha visto como su rentabilidad se ha desplomado, hasta menos del 5%. En cuatro entidades los retornos del capital ya son inferiores al 3%, tres veces por debajo de lo que exigen los inversores. Los esfuerzos en provisiones en la cuenta de resultados del sistema, que acumula pérdidas superior a los 7.100 millones. Un agujero que se ha agrandado por los ajustes en los fondos de comercio de las filiales extranjeras llevados a cabo por el Santander y BBVA, que les provocó a ambos números rojos históricos en la primera mitad del ejercicio.

Las dotaciones y las pérdidas por activos de los bancos sumaban en junio 13.500 millones, frente a los 3.600 millones del mismo mes de 2019. Los expertos apuntan a que los impagos alcanzarán el 12%, por lo que el ratio de insolvencias se multiplicará por más de dos, aunque en el sector confían en que finalmente esta cifra se quede alejada del doble dígito. Eso sí, esperan que a partir de la próxima primavera los préstamos dudosos comenzarán a crecer de manera rápida por el fin de las moratorias de pagos y las carencias iniciales en la línea de avales concedida por el Gobierno a las empresas.

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