Ferrovial ha rediseñado de nuevo el plan para vender su división de servicios después de que las negociaciones con el fondo británico Apax para que se hiciera con las filiales de España e Internacional (Estados Unidos, Canadá, Chile, Portugal y Qatar) resultaran fallidas. Según fuentes del mercado, la nueva hoja de ruta discurre por una desinversión aún más troceada por geografías. Así, prevé acometer cuatro transacciones: Estados Unidos y Canadá en un paquete; Chile; Qatar (solo es un contrato); y España, en un único lote, presumiblemente junto con el negocio en Portugal. Para la filial británica Amey, por su parte, el planteamiento actual se centra en una venta por negocios.
Ferrovial, que declinó ayer hacer comentarios, quiere acelerar los procesos y los de las filiales internacionales se hallan en fases más avanzadas, de acuerdo con fuentes conocedoras. El calendario que maneja la compañía es que la de España (y Portugal) será la última operación en cerrarse. La intención es anunciar todas las desinversiones a lo largo del presente ejercicio, si bien la culminación total se dilatará presumiblemente hasta 2021.
Ferrovial inició la salida del negocio de servicios en diciembre con la venta de Broadspectrum, la filial con actividad en Australia y Nueva Zelanda, a Ventia, sociedad australiana elegida por Apollo (tiene el 53% y Cimic, propiedad de ACS, el 47%) para realizar la adquisición, a un precio de 303 millones de euros. Esta operación, que recoge unas minusvalías de 270 millones en 2019, se cerrará previsiblemente entre junio y octubre próximos. Con el anuncio, la compañía que lideran Rafael del Pino e Ignacio Madridejos emitió el valor en libros del resto del negocio, fijado en 1.300 millones.
La división de servicios de España es la más valiosa. No en vano, en 2018 generó un resultado bruto de explotación (ebitda) de 202 millones (el de toda la división fue de 136 millones por las provisiones de Amey) y unas ventas de 1.950 millones, el 29% del total. Hasta septiembre de 2019, ambos ratios crecieron el 3,1% y el 5,3%, respectivamente.
La cartera del negocio español se situaba al cierre del tercer trimestre del pasado año en 4.311 millones (el 25%), con contratos en actividades muy diversas como la conservación de carreteras, el tratamiento de residuos y limpieza, la gestión de torres aéreas y de bicicletas o facility management, entre otras. En juego tiene en este momento dos de sus proyectos estrella: las torres de control de Aena y los servicios del AVE de Renfe.
La venta de Broadspectrum arroja un ratio de 5 veces ebitda; extrapolándolo a la división española, el importe de la transacción superaría los 1.000 millones
Esta dispersión provoca que el proceso sea más complejo. Aunque la decisión final no está tomada y dependerá de las ofertas que vaya recibiendo, Ferrovial priorizará la venta en un único lote, según afirman fuentes al tanto de sus intenciones. La venta de Broadspectrum arroja un ratio de 5 veces ebitda. Extrapolándolo a la división española, el importe de la transacción superaría los 1.000 millones.
Más allá de España, la evolución de las filiales internacionales fue, en 2019, positiva en términos generales, con crecimientos muy relevantes tanto en ventas (+34,1% hasta septiembre) como en beneficios operativos (+122%). Destacan los comportamientos de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá), que cuenta con importantes contratos en conservación de carreteras y oil&gas, y Chile, con activos en minería. Fuera del perímetro queda ya Polonia, cuya filial, FB Serwis, fue adquirida en julio pasado por Budimex, constructora controlada por la propia Ferrovial.
Menos de 20.000 empleados
Mientras, el plan de la multinacional española para su filial británica Amey es desinvertir en distintos procesos por negocios. Cuenta para ello con el asesoramiento de PwC. El valor que le otorgó hace un año, cuando tuvo que provisionar 774 millones, es de 103 millones.
Con su retirada del negocio de servicios, Ferrovial quiere centrarse en las infraestructuras de transporte (autopistas y aeropuertos). La futura compañía será más pequeña, con menos de 20.000 empleados, frente a los más de 96.000 actuales, y con el foco en la rentabilidad.