Empresas y finanzas

La morosidad hipotecaria de familias crece por primera vez desde la crisis

  • Repunta en el primer semestre del año desde un 3,8% hasta un 4,2%
Firma de una hipoteca. Foto: Getty.

La morosidad hipotecaria de las familias españolas repuntó en el primer semestre del año por primera vez desde la crisis. Concretamente, los créditos dudosos en la cartera residencial se elevaron del 3,8% en el primer semestre de 2018 al 4,2%, en los mismos meses de 2019, según el último informe de la Asociación Hipotecaria Española (AHE). Este repunte de la morosidad llega en un momento en el que el Banco Central Europeo (BCE) alerta de las primeras señales de una nueva recesión en la zona euro.

A inicios de esta semana, el presidente del organismo supervisor europeo, Mario Draghi, aseguró ante el Parlamento Europeo que la economía se está desacelerando a mayor velocidad de lo previsto por las guerras comerciales del presidente de EEUU, Donald Trump. Además, aún falta conocer cuál será la repercusión económica real del Brexit en el resto de la Unión Europea, en función de si la salida es negociada o no.

La morosidad en los créditos siempre ha servido como indicador para palpar la realidad económica del país y la solvencia de las familias y empresas a la hora de hacer frente a sus deudas.

Cabe destacar que los informes de la Asociación Hipotecaria Española están basados en las carteras de préstamos de las 13 entidades de crédito más importantes del país, que suponen más del 90% del mercado nacional. No obstante, los datos que recoge el Banco de España sobre la morosidad de las familias en hipotecas que aúna todas las entidades de crédito que operan en el país, tanto nacionales como internacionales, marca que la morosidad continúa a la baja. Asimismo, los datos del organismo son provisionales y a medida que pasa el tiempo se van revisando.

La banca cuestiona al BCE

El BCE disparó sus últimas balas para evitar una recesión en Europa el pasado 12 de septiembre con una batería de medidas para estimular la economía que pasan por mantener los tipos bajos en la misma situación -como medida de expansión del crédito- alargando por más tiempo el horizonte de subida y endurecer la facilidad de depósito a la banca desde un 0,4% negativo a un 0,5%. Además, reactivó el programa de compra de deuda pública finalizado el año pasado.

Los principales ejecutivos de los mayores bancos españoles ya han mostrado en público su escepticismo sobre la utilidad de estas medidas. Los grandes banqueros apuntan a la necesidad de que sean los propios países los que pongan en marcha medidas fiscales para evitar una recesión económica. De momento, la previsión de la economía española aún es de crecimiento, pero cada vez este incremento se ve más recortado. El Banco de España anunció el martes una bajada de la previsión de crecimiento del 2,4 al 2%. Asimismo, el organismo que encabeza Pablo Hernández de Cos alertó de la ralentización de la creación de empleo y del consumo privado.

Las entidades también han experimentado un incremento de la morosidad en el segmento del crédito al consumo en el primer semestre del año. Los préstamos dudosos ya ascienden a los 5.000 millones de euros, el nivel más alto desde los últimos cinco años. El Banco de España lleva meses alertando de un repunte en la morosidad de estos créditos e instando a la banca a un mayor control sobre la solvencia del cliente.

Asimismo, a la par, la demanda de estos préstamos también ha bajado por primera vez este año tras dos ejercicios al alza. A pesar de que en lo que va de 2019 se han concedido 20.000 millones de euros en financiación, un 5% más que un año antes, el ritmo de crecimiento es menor, puesto que llevaba dos ejercicios incrementándose a doble dígito.

La incertidumbre política y el desplome de la venta de coches mina la demanda de créditos al consumo

Los expertos señalan que entre los motivos de esta ralentización de los préstamos al consumo están la situación económica, la incertidumbre política (el país afronta otras elecciones en dos meses) y el desplome en la comercialización de automóviles.

Finalmente, la venta de hipotecas también ha caído este verano. Los bancos concedieron préstamos en julio por un importe un 22,3% inferior frente a un año antes, caída que vino precedida por el descenso del 21% de junio. En total, el importe de las nuevas operaciones retrocedió un 3% en el primer semestre del año. Desde el sector financiero apuntan a que este descenso es puntual y vino motivado por la entrada en vigor de la nueva ley hipotecaria (echó a andar en marzo) que ha provocado un embudo en los pasos finales de la firma de los préstamos y confían en que se normalizará con el tiempo.

Las entidades siguen confiando en la venta de este producto, en estos momentos, uno de los segmentos en los que más competencia mantiene el sector. De hecho, varios de los bancos más relevantes del país han protagonizado en septiembre una nueva guerra más hipotecaria con rebajas sustanciales en los tipos de los préstamos a fijo. Además de la caída de la venta de préstamos inmobiliarios, las entidades llevan experimentando desde inicio de año un retroceso de la comercialización de créditos al consumo.

Caída de la inversión residencial

El Banco de España destacó en su último informe trimestral sobre las proyecciones de la economía en nuestro país que la inversión residencial ha reflejado un menor dinamismo en lo que va de año, llegando incluso a mostrar una cierta debilidad, con una menor pujanza de las compraventas y de las hipotecas, al tiempo que el alza del precio de la vivienda sigue moderándose.

El supervisor avisó el martes que la economía se está desacelerando y que, aunque mantiene el diferencial positivo con la zona euro, no está siendo inmune a la persistencia de la incertidumbre y al deterioro del entorno exterior. El organismo calcula que el tercer trimestre cerrará con un crecimiento del 0,4%, una décima menos que en los trimestres previos.

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