Las alertas del Banco de España han surtido efecto en las entidades sobre la concesión de créditos al consumo. Tras varios años de boom, por la elevada rentabilidad que ofrece este tipo de financiación, el sector ha pisado el freno por completo. Si en abril el volumen de préstamos cayó, en mayo experimentó un estancamiento.
La caída de abril de casi el 1%, según algunas fuentes, se achacaba al efecto de Semana Santa, aunque admitían que se estaba produciendo en términos generales un parón en la actividad. Pero, los datos de mayo indican que los días inhábiles por las jornadas festivas de Pascua tuvieron poca influencia y que las operaciones se han estancado, al subir apenas un 0,35% en términos interanuales, hasta 3.157 millones.
Desde finales del ejercicio pasado el Banco de España viene advirtiendo de que extremen las precauciones ante el ascenso de la morosidad en la financiación, especialmente en los bienes de consumo duradero. Hace varias semanas, el gobernador Pablo Hernández de Cos, fue contundente en el mensaje al reclamar al sector que dé un paso atrás en la concesión después de la especie de burbuja que se había creado en este segmento con el fin de evitar riesgos futuros.
La caída de la financiación, en parte, también obedece a la desaceleración de la economía con respecto años anteriores y a la cierta desconfianza de los españoles por la incertidumbre tanto política como de la situación del país.

Estos temores de los españoles no está trasladando al mercado hipotecario, a pesar de que en los últimos meses ha habido inestabilidad legal por la entrada en vigor de la reforma a mediados de junio y a pesar de la subida de los intereses por parte de los bancos para costear los mayores gastos de producción, como el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (IAJD) y casi todas las tasas de constitución de los contratos. En mayo la concesión de préstamos para la adquisición de una vivienda creció un 9,19%, un alza que contrasta con el 5,8% de marzo y el descenso del 0,31% de abril. En este caso, la Semana Santa sí influyó la formalización de estos préstamos.
Se acelera en hipotecas
Pese a este acelerón la velocidad en el saldo otorgado por las entidades para la compra de inmuebles sigue aún por debajo del ritmo que venía experimentando en 2017 y 2018, cuando superaba con creces el aumento del doble dígito. De hecho, algunos bancos han asegurado recientemente que se estaba observando una cierta ralentización del mercado inmobiliario. Así, por ejemplo, BBVA indicaba en un documento que en el arranque del segundo trimestre de este año se había mantenido la pérdida de dinamismo en esta actividad.
El grupo financiero sostenía que en abril se habían vendido 50.172 viviendas, según los datos del Centro de Información Estadística del Notariado (CIEN), lo que supuso un avance el 1,0%, pero que eliminando los efectos estacionales las ventas mostraron un retroceso intermensual del 4,5%, el más relevante de los últimos seis meses. De este manera, afimaba que la incertidumbre seguía repercutiendo en la comercialización de viviendas, lo que afecta a la constitución de nuevas hipotecas.