
La 'tormenta' inflacionista de los últimos meses ha afectado por igual a multitud de países, pero el caso de EEUU es el que más ha concitado la atención de los inversores por razones obvias, es el epicentro de los mercados. La inflación interanual se aceleró hasta el 8,5%, la tasa más alta desde diciembre de 1981. En el momento de conocerse el dato, y algo antes, los analistas debatían si esa marca sería el pico de inflación o si esta podía continuar al alza en abril. Aunque el consenso espera que la cifra, que se conocerá este miércoles, se relaje hasta el 8% en abril, no está tan claro que EEUU haya doblado el cabo de la inflación y los expertos lanzan argumentos a favor y en contra.
Para Bob Schwartz, economista sénior de Oxford Economics, resolver la incógnita de si en marzo se registró el pico de inflación y en abril se evidenciará el descenso es "la pregunta del billón". El analista considera que hay indicios de que este 8,5% de marzo marca el punto álgido del ciclo inflacionista, pero matiza que mucho depende de los precios del petróleo y de los alimentos, que son "rehenes" de la guerra en Ucrania, así como de los estrictos cierres por covid en China, que pueden prolongar la escasez de la cadena de suministro.
"El consenso parece pensar que sí ha habido pico ya, aunque solo sea por razones estadísticas. En particular, el denominado efecto base comenzará a surtir efecto en abril, ya que las comparaciones con los precios inflados de hace un año apuntan a que los aumentos serán más lentos en los próximos meses. La bajada de los precios de la gasolina también debería ayudar, ya que el descenso de los precios del crudo en las últimas semanas ha reducido el coste de llenar el depósito. Por sí solo, esto tendría un gran impacto en la variación de los precios al consumo, debido a que el aumento de los precios de la energía representó casi tres cuartas partes del incremento del 1,2% del índice de precios al consumo entre febrero y marzo, el mayor incremento mensual en más de 15 años", señala Schwartz.
Lo cierto es que en abril el petróleo experimentó cierta relajación ante la caída en la demanda que han supuesto los cierres en China. Aunque el enfrentamiento de Rusia con el mundo sigue afectando a los mercados energéticos y la UE discutía un embargo al petróleo de Moscú, el barril de WTI Texas, de referencia en EEUU, llegó a caer en abril por debajo de los 100 dólares después de haber superado los 120 en marzo.
Otro hito al que se quieren agarrar los analistas para dar por 'doblado' el 'cabo' de la inflación son los datos anexos que ofreció la lectura de marzo. El IPC subyacente destacó con un aumento mucho más moderado del 0,3% en marzo, el más lento en seis meses, y el aumento en el último año subió al 6,5% desde el 6,4% de febrero.
"Nos mantenemos en nuestra opinión de que este será el máximo de la inflación, principalmente por los efectos de base, ya que las fuertes lecturas de inflación del año pasado durante los meses de abril a junio quedan fuera de las comparaciones anuales. Los precios de la energía han vuelto a caer casi a los niveles anteriores a la invasión rusa de Ucrania. Los indicios de que el aumento de los precios de los productos básicos se está ralentizando, y el descenso de los precios de los coches usados, también apoyan la opinión de que la inflación ha tocado techo", explicaban en una nota Elisabet Kopelman y Olle Holmgren, analistas del banco SEB, tras el dato de marzo.
Sin embargo, expone Schwartz, "sería un error extraer demasiados beneficios de la ralentización del IPC subyacente el mes pasado, ya que se vio arrastrado principalmente por una caída excesiva de los precios de los coches usados. Si no fuera por la caída del 3,8% de los vehículos de segunda mano, el IPC básico habría aumentado un 0,5%". Esta acusada caída de los coches usados tras una subida propia de una burbuja también fue vista por algunos como el indicio de que la 'tormenta' amainaba.
En contra de las tesis más benignas juegan los últimos datos del mercado laboral. El informe de empleo de abril evidenciaba que, mientras la contratación sigue 'como un tiro' en el país pese a las incertidumbres, la escasez de trabajadores persiste (la tasa de participación volvió a bajar), dando pie a unas mayores presiones salariales que deriven en más tensiones inflacionistas. Aunque era casi un 'secreto a voces', en abril todavía no había llegado la subida de tipos de 50 puntos básicos de la Fed decidida a primeros de mayo, si bien si se habían subido los tipos 25 puntos básicos en marzo.
"El optimismo de las pequeñas empresas estadounidenses se mantuvo en abril después de tres caídas consecutivas. No obstante, las empresas siguen teniendo la capacidad de trasladar los costes más elevados a sus clientes, lo que mantendrá la inflación estable. Los problemas de la cadena de suministro y el aumento de los costes del combustible hacen que la inflación del 2% sea una perspectiva lejana", señalan en una nota los analistas de ING tras la encuesta de abril de la Federación Nacional de Empresas Independientes (NFIB) conocida el pasado jueves.
"De cara a los datos de inflación de mañana, el informe de la NFIB muestra que un 70% neto de las empresas ha aumentado sus precios de venta en los últimos tres meses, lo que supone un descenso respecto al 72% del mes pasado, pero sigue siendo la segunda lectura más alta en los 47 años de historia de la encuesta. Además, el 46% de las empresas tiene previsto seguir subiendo los precios en los próximos tres meses (menos del 50%, pero sigue siendo la sexta cifra más alta de la historia de la encuesta). Esto refuerza el mensaje de que, a pesar de la preocupación por el rumbo de la economía, las empresas siguen teniendo poder de fijación de precios y pone de manifiesto la amplitud de las presiones inflacionistas en la economía", añaden desde el 'banco naranja'.
Los expertos de SEB, pese a vislumbrar el pico, admitían que "es probable que no hayamos visto el efecto completo de la guerra en Ucrania sobre los precios de las materias primas. Es probable que los rápidos aumentos salariales sigan ejerciendo una presión al alza sobre la inflación de los servicios. En cuanto a la inflación de los bienes, el gasto en bienes duraderos ha empezado a corregirse a la baja, pero sigue en un nivel insosteniblemente alto, mientras que los recientes cierres generalizados en China crean riesgos de nuevas perturbaciones de la oferta".
Olivier de Berranger (La Financière de l'Echiquier): "No conviene exagerar la relevancia de la relativa relajación de la inflación estadounidense"
Más ambigua se muestra Silvia Dall'Angelo, economista senior de Federated Hermes: "El IPC de EEUU podría haber alcanzado su máximo en marzo, suponiendo que no se produzca una nueva escalada del conflicto en Ucrania y que los precios del petróleo evolucionen en línea con la curva de ahora en adelante. Sin embargo, aún existen considerables presiones externas e internas sobre los precios -el aumento de los costes de los productos y de la mano de obra tardará algún tiempo en repercutir en los precios al consumo-, lo que significa que la inflación se mantendrá probablemente en niveles elevados al menos durante el resto del año. Ahora esperamos que se sitúe en una media del 7% este año".
Olivier de Berranger, director de inversiones de La Financière de l'Echiquier, tiene un aviso para quienes piensan que el pico ya ha quedado atrás: "Es probable que la inflación suba menos durante los próximos meses. Sin embargo, eso no significa que pueda ralentizarse de forma clara. Es cierto que algunos componentes que habían contribuido con fuerza a la inflación hace un año van a experimentar una moderación en sus precios, incluso un descenso, como es el caso de los vehículos de ocasión. Sin embargo, más allá de la cuestión energética, las tensiones en las cadenas internacionales de producción y abastecimiento están agravándose de nuevo, sobre todo debido al fuerte repunte del covid en China y los confinamientos masivos generados por la política 'cero covid' del gobierno. Por lo tanto, no conviene exagerar la relevancia de la relativa relajación de la inflación estadounidense".
Los mercados de renta fija buscan como 'agua de mayo' la constatación de este pico de inflación. Estos mercados podrían experimentar un repunte tras su caída récord si la lectura de IPC que se publique esta semana confirma que se ha tocado techo. Los bonos mundiales han acumulado nueve meses consecutivos de pérdidas, siendo abril el peor de la historia, según datos que se remontan a 1990. Pero los gestores de fondos ya apuntan a señales de un cambio en las perspectivas de inflación y crecimiento económico que podrían ayudar a impulsar el sentimiento del mercado.
"Si estamos viendo el pico de la inflación, entonces tal vez hayamos visto también el pico en la fijación de precios de las funciones de reacción de los bancos centrales, y tal vez consigamos una mayor moderación en nuestras pérdidas" en bonos y acciones, indica Stefanie Holtze-Jen, CIO de APAC del Deutsche Bank International Private Bank en una entrevista de Bloomberg Television. "Así que la luz al final del túnel puede ser esta semana".