Cocinar en casa puede ser un placer… O algo muy complicado. Todo depende de si tu horno está a la altura de tus recetas. Porque no hay nada peor que un asado seco, un bizcocho que no aumenta su tamaño o una pizza que queda cruda en el centro. A esto se suma la limpieza: grasa incrustada, restos de comida imposibles de quitar y ese esfuerzo extra que nadie quiere después de disfrutar una buena comida. Si tu horno actual te da más dolores de cabeza que satisfacciones, quizás sea momento de hacer un cambio.