Los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania se están dejando sentir en las economías de los países de alrededor, pero también a miles de kilómetros de distancia. En el océano Índico, Sri Lanka se encuentra a las puertas de una crisis provocada por la caída de los ingresos del turismo y avivada por el incremento de los costes de las importaciones de petróleo y una inflación que ronda el 15%, la peor de toda Asia. En un intento por evitar el impago, el país ha aceptado la ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI).
