
El Gobierno de Filipinas está "considerando" reducir la semana laboral a cuatro días como parte de un programa de medidas para amortiguar la subida del precio del petróleo como consecuencia de la guerra de Ucrania. Menos desplazamientos, menos consumo.
Filipinas importa la mayor parte del combustible que consume. La reducción de la semana laboral que valora el equipo del presidente Rodrigo Duterte busca ahorrar en gasolina reduciendo los trayectos al puesto de trabajo en un país cuya capital y motor económico, Manila, es famosa por sus atascos.
El portavoz del presidente, Martin Andanar, reconoció ayer que se valora tomar esta medida si el precio del petróleo siga subiendo, según publica hoy el diario local Inquirer y recoge Efe.
La reducción de días no se traduce en reducción de horas. La idea inicial de las autoridades de Filipinas pasa por que los ciudadanos sigan trabajando 40 horas a la semana, pero, en vez de ocho al día, que las jornadas se extiendan hasta las 10 horas.
Las perspectivas de un largo conflicto en Ucrania y la crisis a la que Rusia se verá abocada elevaron el precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) ayer un 2,22%, hasta los 98,58 dólares el barril, después de varios días seguidos a la baja.
Otras medidas pero no por la vía fiscal
Ante la magnitud del problema, se valoran otras medidas en paralelo. El secretario de planificación económica, Karl Chua, propuso subvenciones directas a los sectores más afectados, incluyendo los hogares más necesitados, pero descarta las propuestas de suspender la eliminación del impuesto a los productos derivados del petróleo.
Filipinas afronta la nueva crisis tras registrar un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 5,6% el año pasado, con lo que recuperó parte de la caída del 9,57% registrada en 2020 debido a la pandemia de la covid-19.