El 24 de febrero de 2022 está ya para siempre marcado en los calendarios de la Historia. La fecha en la que Rusia inició la invasión sobre Ucrania, con el claro objetivo de "desmilitarizar y desnazificar" un territorio que el presidente Vladimir Putin considera como "una parte integral de la historia, cultura y espacio ruso". Sin embargo, para entender todo esto hay que remontarse más atrás, con una serie de fechas clave desde la caída de la Unión Soviética.
El fin de la URSS
El inicio de la década de los 90 trajo consigo la disolución de la Unión Soviética. Tras largos años de decadencia, las quince repúblicas que la formaban fueron independizándose desde marzo de 1990 hasta diciembre de 1991, produciéndose la de Ucrania el 24 de agosto de 1991.
Desde entonces, el Estado ucraniano ha sido uno de los más convulsos políticamente dada su extrema cercanía a las fronteras de Rusia (Kiev se sitúa a menos de 250 kilómetros de la frontera), lo que ha provocado que en el país haya aún sentimientos prorrusos... siempre enfrentados a aquellos ciudadanos que entienden que Ucrania es una nación con toques históricos y culturales independientes.
La caída de Yanukovich
Así hasta que en noviembre de 2013 y en el enésimo intento de Ucrania de acercarse a la Unión Europea, como han hecho otras exrepúblicas soviéticas, el presidente ucraniano Víctor Yanukovich -de ideología prorrusa- suspendiese la firma de un acuerdo de asociación con la UE.
Esto desembocó en protestas en todo el país, principalmente en ambientes universitarios, y con la Plaza de la Independencia (Maidán) como gran símbolo de descontento. El conflicto entre proeuropeos y prorrusos no había hecho más que empezar y a raíz de ello murieron un centenar de personas en todo el país, lo que obligó a Yanukovich a abandonar Ucrania.
El conflicto de Crimea
A la par y una vez la Rada Suprema (parlamento) aprobó la destitución del presidente, a finales de febrero de 2014 grupos armados tomaron el aeropuerto de la península de Crimea (de fuerte ideología prorrusa) y sus sedes gubernamentales donde colgaron banderas rusas. Putin aprovechó este movimiento para desplazar ahí sus tropas y celebrar un referéndum de anexión a Rusia.
El sí vence con un 97% de los votos con la UE, la ONU y los nacionalistas ucranianos tildando la consulta de "ilegal". Putin firma, días después, el Tratado de Anexión de Crimea lo que deriva en la expulsión de Rusia del G8 (desde entonces G7).
La guerra del Donbás
Como consecuencia de todo lo sucedido en Kiev y en Crimea, en la región del Donbás, al este de Ucrania, se desató, en abril de 2014, un movimiento prorruso similar que derivó en la autoproclamación de dos Repúblicas Populares independientes de Ucrania (Donestk y Lugansk).
Moscú ayudó a los separatistas, mientras los líderes de Alemania, Angela Merkel, y Francia, François Hollande, trataron de intermediar logrando los Acuerdos de Minsk (febrero de 2015) con los que se acordó un alto el fuego... que apenas unos meses después se rompe dejando conflictos en Donestk y Lugansk desde entonces.
El acercamiento a la UE y a la OTAN
Desde entonces y durante los últimos años, Ucrania ha tratado de acercarse más a la Unión Europea, mediante el Acuerdo de Asociación entre la UE y Ucrania, así como a la OTAN. Rusia, por su parte, ha entendido esto como un ataque directo a sus intereses y ha negado siempre la devolución de Crimea.
Con cierto acercamiento entre Washington y Moscú, durante la presidencia de Donald Trump, el mandato de Joe Biden ha vuelto a reanimar la polémica entre ambas potencias, lo que ha servido a Putin para retirar a su embajador en EE.UU., así como para volver a lanzar proclamas directas contra los intereses de la Alianza Atlántica, lo que entiende como "un ataque directo contra el pueblo ruso".
La invasión de Ucrania
Desde 2019, con Volodimir Zelinski como presidente de Ucrania, la tensión entre ambos países ha ido en aumento. Por el acercamiento a Occidente, pero también por los diversos discursos de Putin negando al Estado ucraniano como una nación independiente y reclamando su regreso a las fronteras rusas, toda la tensión ha desembocado en los ataques de febrero de 2022.
Antes de ello, Rusia ha llevado a cabo distintos acercamientos de tropas y avisos contra la OTAN, mientras EE.UU. y la UE han denunciado tales hechos avisando de consecuencias dramáticas. Con Putin tildando al Gobierno ucraniano de "puros nazis", además este firmó un acuerdo de colaboración con la China de Xi Jinping y negó haber llegado a entendimientos con Emmanuel Macron, puesto como mediador en el conflicto.
Así hasta que el 21 de febrero y tras bombardeos mutuos entre nacionalistas ucranianos y prorrusos, Putin ha reconocido los territorios separatistas de Donestk y Lugansk y desplegó ahí el ejército ruso. Como respuesta, Alemania paralizó la certificación del gaseoducto Nord Stream 2 y EE.UU. avisó que habrá sanciones contra las empresas rusas.
El 23 de febrero, Ucrania declaró el estado de emergencia, puso sobre aviso de ataque militar a todos sus ciudadanos y, horas después (a las 4 de la madrugada del 24 de febrero), vio como Putin anunció la definitiva "operación militar" sobre sus territorios. Zelinski autorizó la ley marcial y, mientras solicitaba apoyo internacional, se desataron bombardeos por toda Ucrania, con mayor foco en Kiev, que han acabado desencadenando la guerra actual.