Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.

Como se venía sospechando, la principal estrategia de los fiscales demócratas para demostrar la culpabilidad de Donald Trump en el juicio político sobre el asalto al Congreso del pasado 6 de enero es muy simple: dejar que él mismo se autoinculpe. Y este jueves pusieron en marcha el plan mandando al expresidente una invitación para que declare en el proceso que se celebrará en el Senado la próxima semana.

No hay tiempo que perder. El flamante presidente de EEUU, Joe Biden, quiere aprobar su primera ley lo antes posible, aprovechando que su partido controla las dos cámaras del Congreso de EEUU por primera vez en una década. La Cámara de Representantes dará luz verde a la tramitación del estímulo fiscal por valor de 1,9 billones de dólares este miércoles.

En su discurso de investidura, el presidente de EEUU, Joe Biden, abogó por llegar a acuerdos bipartidistas y aprobar leyes con el mayor acuerdo posible, siempre que los republicanos abandonaran la oposición total que practicaron durante el mandato de Barack Obama y se abrieran a negociar. Este lunes, Joe Biden se reúne con un pequeño grupo de diez senadores conservadores, exactamente el mínimo necesario para aprobar leyes, que se han ofrecido a tomar la mano extendida del presidente y debatir con él su programa de estímulo. Su oferta es clara: menos dinero del que querría el presidente, a cambio de sacarlo adelante por la vía rápida que ofrece el consenso.

Joe Biden ya es el 46º presidente de los EEUU. Unos diez minutos antes de lo previsto, el veterano demócrata prestó juramento en un acto tranquilo pero atípico, lleno de medidas de seguridad y distanciamiento por el covid. En su discurso de investidura, el mandatario no se refirió en ningún momento a Trump, pero celebró que "la democracia de EEUU ha sobrevivido a su prueba más dura" y prometió que el país "está de vuelta en el mundo", para reparar alianzas y liderar de nuevo a la comunidad internacional.

Cuatro años después de prometer que la "matanza americana" terminaría "aquí y ahora", Donald Trump se dispone a abandonar la Casa Blanca a primera hora del miércoles, cinco horas antes de que Joe Biden tome posesión como 46º presidente de los EEUU. Detrás deja 25.000 soldados de la Guardia Nacional desplegados por Washington -una escena digna de Bagdad o Kabul-, un récord histórico de desaprobación, una mayoría demócrata en las dos Cámaras del Congreso, dos impeachments, una deuda pública desbocada y un legado que ha cambiado el mundo y que marcará un antes y un después en la historia de su país y de la globalización.

El mal estado de las infraestructuras en EEUU es uno de los temas que todos los presidentes ponen en algún momento sobre la mesa en sus mandatos, y que normalmente no suele ir muy lejos. Pero la necesidad de un fuerte estímulo económico para reactivar el empleo tras el covid puede ser el desencadenante perfecto para empujar al Congreso de EEUU a gastar por una vez. Y las cifras de las que se habla pueden ser enormes: varios billones de dólares para renovar carreteras, puentes, vías o aeropuertos y construir centrales de energía renovable.

El Gobierno británico tiene sobre la mesa una decisión muy dura que puede marcar un antes y un después en la economía del país. Después de un año aciago para las cuentas públicas de toda Europa, el Reino Unido se debate estos días entre dar por terminadas las ayudas a los más desfavorecidos o extenderlas, sacudiendo por completo el gasto público del país. Una decisión en la que el ministro de Hacienda, Rishi Sunak, que quiere darlas por terminadas el próximo día 31 de marzo, se enfrenta a la oposición, a parte de sus compañeros de Gabinete y a diputados de su propia bancada.

Uno de los principales argumentos para el Brexit era que las regulaciones europeas estaban asfixiando a las empresas británicas, y que sin ellas podrían florecer hasta niveles nunca vistos. Ahora que la salida de la UE ya es una realidad, el Gobierno británico está tratando de encontrar algún punto en el que aprovechar su recuperada soberanía y justificar todo el proceso. Y el primer tema que está sobre la mesa, según informa la prensa británica, es la regulación de horarios laborales europea, que el Ejecutivo de Boris Johnson estaría pensando modificar.

Casi un año después del primer juicio contra Donald Trump, Washington vive un 'déjà vu'. Este miércoles, la Cámara de Representantes aprobó por primera vez en la historia la segunda imputación formal de un presidente, en este caso por insurrección tras el intento de golpe de Estado ocurrido la pasada semana. Un acto sin precedentes que el mandatario alentó en un discurso minutos antes de que sus seguidores, a los que se dirigía, asaltaran el Capitolio y provocaran cinco muertos en el caos que desataron. El resultado de la votación fue de 232 a 197 votos: a la unánime mayoría demócrata en la Cámara Baja se le sumaron diez republicanos y otros cuatro se abstuvieron, en una muestra de la brecha que está empezando a romper el Partido Republicano y que puede llevar a Trump a ser condenado en los últimos instantes de su presidencia.