Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

El petróleo llama al petróleo. Esto es lo que parece suceder en Noruega, donde la empresa Equinor ha comunicado un nuevo hallazgo de crudo y gas en el Mar del Norte. Este nuevo descubrimiento es pequeño en términos relativos, pero desde la empresa destacan que resulta "interesante" y que dará pie a una exploración futura más intensiva, aprovechando las sinergias que genera tener allí parte de la infraestructura necesaria para realizar estas operaciones. Los expertos de la firma noruega creen que se podría encontrar más petróleo y gas en la zona, lo que rentabilizaría, con márgenes sanos, las operaciones realizadas hasta la fecha. Noruega es el mayor productor de petróleo de Europa, con un bombeo diario de alrededor de 1,8 millones de barriles. Sin embargo, el agotamiento de sus yacimientos más importantes ha comenzado a erosionar su capacidad de producción, por lo que estos descubrimientos son de gran importancia para el país.

La historia de crecimiento económico de España tras la pandemia parece no tener fin. Prácticamente cada dato de producto interior bruto (PIB) que se publica sorprende al alza y las previsiones macro frecuentemente son corregidas al alza. Hace poco la prestigiosa publicación anglosajona The Economist coronaba a España como la mejor economía avanzada en 2024 y muchos titulares de prensa económica y financiera han destacado el tirón de España y sus vecinas del sur (los PIGS -cerdos en inglés- de la gran crisis financiera: Portugal, Italia, Grecia, además de la propia España) frente a los países del norte, prisioneros del estancamiento tras el covid y la guerra en Ucrania. Más allá de saber cuándo acabará este momentum de la economía patria, la gran pregunta es hasta qué punto la buena evolución española se puede convertirse en un reemplazo de Alemania y ser un motor sostenible para el conjunto de la economía europeo. Una cuestión a la que los analistas de BCA Research responden en un informe reciente: para que eso suceda, falta una sola pieza, pero muy 'grande': la productividad.

En las vastas arenas del desierto de Arabia Saudí, un gigante dormita bajo la superficie: el yacimiento petrolífero de Ghawar. Este coloso, ubicado en la provincia de Al-Ahsa, al este del país, es el yacimiento de petróleo convencional más grande del mundo, y su historia es inseparable de la de Arabia Saudí como potencia energética global. Desde su descubrimiento en 1948, Ghawar ha bombeado una cantidad impresionante de crudo, con cifras que superan los 65.000 millones de barriles extraídos hasta la fecha. Este asombroso volumen representa aproximadamente un tercio de toda la producción acumulada del reino. Aunque este gigante ha empezado a mostrar síntomas de cansancio, el avance de la tecnología está permitiendo que Ghawar alumbre una nueva revolución. Además del petróleo, Aramco ha comenzado a extraer tight gas (conocido como gas de baja permeabilidad, de esquisto o gas no convencional). El yacimiento que ha producido una buena parte de la riqueza de Arabia Saudí (y alimentado el ingenio para dar de beber a sus habitantes) no para de sorprender.

Los negocios son los negocios. Cuando estalló la invasión de Rusia a Ucrania y la Unión Europea implementó las duras sanciones al crudo ruso, Noruega irrumpió con grandilocuentes frases, asegurando que estaba ahí para salvar a Europa de una crisis energética, poniendo a disposición de la UE su petróleo y gas. Una bonita historia que era un tanto exagerada, puesto que el petróleo y gas de Noruega es insuficiente para cubrir la demanda europea. Hoy, Noruega está haciendo lo opuesto. Ante la subida de precios de la electricidad a nivel doméstico, el país nórdico se ha 'desconectado' del continente para guardar su energía y reducir el precio de la factura eléctrica de sus ciudadanos.

Las expectativas acerca del potencial de la inteligencia artificial (IA) para impulsar el crecimiento económico no han dejado de crecer en los últimos años. La irrupción de su variante generativa, basada en los denominados algoritmos de 'grandes modelos de lenguaje' (LLM por sus siglas en inglés) ha terminado de rendir incluso a los escépticos sobre estas tecnologías. Ahora bien, en lo que sigue habiendo bastantes dudas es acerca de cómo y cuándo se materializará dicho potencial. ¿Mejorará el empleo y la productividad? Un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) apuesta por esta hipótesis, al menos en términos macroeconómicos, y augura que la IA tiene el potencial de despertar a este 'indicador dormido', la productividad laboral, del que depende directamente la prosperidad y riqueza de las sociedades. La OCDE cree que, con la IA, la productividad podría disfrutar de una resurrección nada desdeñable si tenemos en cuenta que en España esta métrica lleva años estancada y que en la Eurozona lleva décadas creciendo a un ritmo extremadamente lento.

Todo el que haya ido tenido la oportunidad de ir al colegio habrá estudiado en algún momento por qué hay zonas de la tierra con grandes cantidades de población (en las zonas templadas), otras con una población reducida y algunas que apenas tienen habitantes. Estas últimas son conocidas como vacíos demográficos y suelen encontrarse en los polos, los desiertos, zonas de selva muy densa... Pues bien, hay un desierto gigante que rompe esta norma. No es que esté muy densamente poblado, pero sí es cierto que alberga casi a 40 millones de habitantes. Es un desierto sin ríos, ni lagos y donde apenas llueve. Sin embargo, la ausencia de este líquido preciado, el agua, ha sido sustituido por otro líquido todavía más preciado, al menos en términos económicos: el petróleo. Arabia Saudí es un desierto enorme en el que beben casi 40 millones de personas gracias a una inmensa red de desalinizadoras que funcionan con el petróleo como fuente de energía. Arabia Saudí tiene el mayor yacimiento de petróleo del mundo y está aprovechándolo.

"Si nos toca el Gordo, nos compramos la casa". El aforismo que durante décadas y décadas se ha escuchado en la víspera de cada Navidad está cerca de hacer aguas para quienes quieren comprar un piso en Madrid. La crisis de la vivienda -ingente demanda, muy poca oferta- ha llevado los precios a unos niveles tan altos en poco tiempo que ganar el premio máximo de la Lotería de Navidad ya no garantiza adquirir una vivienda en condiciones. La cruda realidad para quien necesite acceder a un inmueble en la capital, uno de los polos más demandados y, por tanto, donde más han subido los precios, es que lo que queda del primer premio del sorteo tras quitarle los impuestos que van a parar a Hacienda apenas sirve para comprar un 30% de los pisos en venta que hay en Madrid. Lo peor ya no es solo que no se puede aspirar al 70% de inmuebles disponibles, sino que, aplicando ciertos filtros como dos habitaciones o ascensor, la cantidad se reduce drásticamente.

La secuencia de los hechos es la que sigue. Este jueves el Banco Central Europeo (BCE) recortó los tipos de interés en 25 puntos básicos, reconoció que había discutido un posible recorte de 50 puntos básicos y eliminó de su comunicado una frase clave ("mantendremos los tipos de interés oficiales suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para lograr el objetivo de inflación"). Los últimos dos hechos llevaron a los inversores a una interpretación completamente acomodaticia (dovish) de la reunión y a descontar plenamente un recorte 'jumbo' de tipos (50 pb) para enero. A las pocas horas, la destacada agencia de noticias financieras estadounidense Bloomberg publicaba una exclusiva: desde el propio BCE filtran que habrá dos recortes de 25 puntos básicos en enero y marzo. Este viernes por la mañana, los inversores han pasado de descontar una bajada de 50 pb a una de 38 pb (no llega a dos recortes 'estándar'). ¿Qué pasó en medio y por qué el BCE ha salido en cierto modo a aplacar la euforia del mercado?

El Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado los tipos de interés en 25 puntos básicos por cuarta vez este año y por tercera reunión consecutiva para dejar el precio oficial del dinero en un número redondo: el 3% de la tasa de depósito. De este modo, el ciclo de recortes acumula ya una reducción del precio del dinero de 100 puntos básicos. Con todo lo anterior, el tipo principal de refinanciación se ha quedado en el 3,15% y la ventanilla de emergencia en el 3,4%. La decisión de hoy era una especie de 'trato hecho' que se había dado a conocer a los mercados de forma telegrafiada. Lo difícil llega ahora. En 2025, las apuestas hablan de hasta cinco bajadas de tipos que lleven el precio del dinero por debajo del 2%, mientras que varios miembros del Consejo de Gobierno se oponen a una reducción tan drástica de los tipos de interés porque creen que la batalla contra la inflación no ha terminado y, además, prefieren guardar esa munición (las bajadas de tipos) por si llega una crisis económica a corto y medio plazo. Siga aquí en directo todos los acontecimientos relacionados con la reunión del BCE.

Cada nuevo informe publicado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) muestra un panorama más desolador para los alcistas del petróleo (los que apuestan por una subida del precio del crudo). En el documento del mes de diciembre (se publica uno al mes), la AIE prevé que sobrará más de un millón de barriles de crudo cada día en los dos primeros trimestres del año. Se juntan varios factores. Por un lado, la demanda no termina de arrancar, mientras que la oferta goza de gran salud, sobre todo fuera de la OPEP. Pero es que, además, enero suele ser un mes fatídico para la demanda de crudo, por lo que se producirá una acumulación histórica de inventarios. Por otro lado, se espera que en la segunda parte de 2025 se equilibre algo más la situación, pero aun así seguirán sobrando cientos de miles de barriles cada día, según la previsión del organismo. El choque entre una oferta al alza y una demanda a la baja protagonizará la primera parte del año.