Silvia Meiattini
En los últimos años hemos asistido, casi impasibles, al resurgimiento del nacionalismo en tintes que creíamos desaparecidos ya por la vacuna de la Segunda Guerra Mundial. Pero la historia sigue enseñando, -aunque todavía es pronto para entender hasta qué punto sigue repitiéndose-, y nos muestra ahora cómo el nacionalismo, tras el referéndum en junio de 2016 en el Reino Unido y las elecciones presidenciales en EEUU, ha vuelto con fuerza en 2017 en los países occidentales, sin duda, para quedarse, ya que las ideologías ni se establecen fácilmente, ni se olvidan pronto.