Redactor de elEconomista.es. Este es un buen sitio para encontrar informaciones de bolsa y mercados financieros. También escribo en Ecotrader y podrás escucharme en el podcast Estrategia de Mercado.

Una de las mejores pruebas que tiene una empresa para demostrar su rentabilidad es el margen de beneficios operativos (ebit). Y la bolsa española empieza a poner en duda que pueda mantener la mejora de su margen operativo a partir de 2025, según los expertos. La guerra comercial supondrá un bache en el camino este año para las cotizadas españolas que sacrificarán parte de este margen de beneficio y cortará el ritmo de crecimiento histórico visto hasta la fecha. Ya se ha visto en las últimas semanas y aún no se han publicado los resultados empresariales del primer trimestre del ejercicio.

La última guerra de divisas sitúa al Banco Nacional de Suiza en una posición delicada en la que debe decidir si baja o no sus tipos de interés por debajo del 0% por primera vez desde junio de 2022. Los inversores ya lo ven como una obligación y adelantan que tomará esta decisión antes de que llegue el verano. Y es que la deuda suiza ya cotiza con rentabilidades negativas ante la fortaleza que muestra el franco, la divisa local, frente al todopoderoso dólar.

Los inversores saltaron de unos activos a otros con el vaivén arancelario de Donald Trump. Con la confianza del inversor en el mercado en entredicho, el dinero rotó hacia los habituales refugios del mercado en momentos de máxima tensión. También fueron en sentido contrario con cada atisbo de retrasar o eliminar la guerra arancelaria, como fue el caso de la moratoria de 90 días en la aplicación de tarifas propuesta por Trump esta semana. Esto afectó a la tendencia de la bolsa, los bonos, las divisas y en las materias primas cotizadas. Y es que menos de la mitad de los 30 grandes activos de inversión mantienen su senda en 2025, sea alcista o bajista, desde el pasado 2 de abril: cuando comenzó el gran desplome de la bolsa. El euro es un ejemplo de ello, con las implicaciones que tiene esto para el inversor europeo.

LA OPINIÓN DEL EXPERTO | JOAN CABRERO

Donald Trump volvió a cambiar las reglas arancelarias este jueves (una vez más). El presidente de Estados Unidos recalcó que la tarifa comercial a China está en el 145%. Es un nuevo giro de tuerca en su estrategia de negociación por la fuerza que volvió a incitar a las bolsas de Wall Street a las pérdidas. La bolsa europea rebotó alrededor de un 4% porque el pasado miércoles la pausa arancelaria de 90 días pilló con el mercado europeo cerrado.

Mientras los inversores dudan de que los bonos estadounidenses sean el mejor refugio frente al desplome bursátil, el dólar también pierde adeptos. El franco suizo se impone de nuevo como divisa de protección en tiempos de volatilidad e incertidumbre hasta el punto de sacar la mayor ventaja frente al billete verde desde primeros de 2015. El cruce entre ambas divisas se situó en los 1,189 dólares antes de desinflarse por la pausa arancelaria anunciada por Trump que se extenderá 90 días, según la última intervención del presidente de Estados Unidos.

La apertura de Wall Street al alza catapultó a la bolsa europea en su rebote. Índices como el Ibex 35 o el Eurostoxx 50 anotan una jornada en la que no enmiendan las caídas de las últimas sesiones, pero sí que dan respiro a la presión vendedora que provoca la guerra arancelaria iniciada por Donald Trump con una subida cercana al 2,5%.

El desplome en el arranque semanal precipita a los principales índices europeos otro 4,5% adicional, de media, después de un drástico rebote ante la posibilidad de una moratoria en la aplicación de los aranceles estadounidenses, que ya ha sido desmentido por La Casa Blanca. No obstante, las ventas volvieron a ser las protagonistas en un mercado bursátil que es una auténtica montaña rusa. La consecución de órdenes de venta empujan a varios selectivos a caer más de un 20% desde sus últimos máximos históricos, lo que se conoce como territorio bajista. El S&P 500, el Hang Seng chino y el Nikkei japonés son los ejemplos más claros de mercado bajista hasta la fecha, aunque hay más indicadores que apuntan a un cambio de tendencia que se extenderá a otras bolsas como el europeo.

Las bolsas estadounidenses han cerrado con sendas caídas una sesión marcada por la decisión de China de imponer aranceles del 34% a los productos importados de EEUU, en respuesta a las tasas anunciadas por Trump el pasado miércoles. El presidente norteamericano ha desatado una guerra comercial global con su política arancelaria contra todo el mundo, incrementando el temor a una depresión económica a nivel nacional e internacional: JP Morgan ha elevado el riesgo de recesión a nivel planetario del 40% al 60%. Este temor ha opacado los datos de empleo conocidos hoy, los cuales han dejado sensaciones contradictorias. En este contexto, Wall Street ha extendido las fuertes caídas experimentadas ayer, firmando su mayor repliegue desde el inicio de la pandemia, y obteniendo la mayor mengua en términos de valor producida en dos sesiones de toda la historia. También ha sido la cuarta mayor caída en términos de porcentaje en la historia del Dow Jones, solo superado por el crack del 29, el lunes negro de 1987 y el estallido de Lehman Brothers en 2008.

En paralelo a dos jornadas bursátiles de un cierre generalizado de posiciones en renta variable se produjo una fuga de inversores hacia el mercado de deuda. La alta demanda por refugiarse del impacto arancelario de Donald Trump se tradujo en el mayor desplome de rentabilidades en los bonos soberanos a diez años desde agosto del año pasado: el último gran susto del mercado de deuda por las operaciones de carry trade con los bonos japoneses.