Opinión
En tiempos de zozobra, el ser humano tiende a volver a lo conocido, a lo que resiste el paso del tiempo y las sacudidas del presente. Y en este 2025, pocas cosas han brillado con tanta intensidad, literal y simbólicamente, como el oro. El metal precioso ha superado ya los 3.300 dólares por onza, acumulando una revalorización del 26 % en lo que va de año. No se trata de una moda ni de una burbuja especulativa. Es el reflejo de un fenómeno más profundo: una creciente desconfianza en los sistemas económicos y financieros tradicionales.