Los fondos de inversión son uno de los productos estrella en el mundo inversor. El pasado año fue sin duda alguna uno de los mejores ejercicios de los fondos en España. La asociación de instituciones de inversión colectiva, Inverco, notificó entradas de casi 25.000 millones de euros a estos productos, la cantidad más alta en más de un lustro.

Finanzas

Las criptodivisas fueron una de las sensaciones de los mercados el pasado año. Ese furor aupó a buena parte de las principales criptomonedas a su máximo histórico de cotización en 2021. Es el caso del bitcoin, que entre octubre y noviembre rozó los 70.000 dólares (cerca de 60.000 euros). La subida anual de la más popular de las divisas digitales fue del 65%.

La planificación financiera no entiende de edades y nunca es un mal momento para llevarla a cabo. Eso sí, abordarla en distintas etapas vitales trae consigo diferentes enfoques: las metas financieras de un joven recién entrado en el mercado laboral difieren de los objetivos de una madre de familia de mediana edad o de un prejubilado con la vista puesta en la pensión.

Los fondos de inversión están a punto de cerrar un año repleto de salud: estos vehículos acumulan un patrimonio bajo gestión de 315.000 millones de euros, de los cuales más de 24.000 suscripciones han llegado en 2021, según Inverco. Son datos hasta noviembre, a la espera de la foto finish de diciembre, pero las tendencias de los ahorros e inversores españoles han quedado a las claras: prefieren activos conservadores y sin salir de su banco.

Conocer nuestro perfil de riesgo es una necesidad imperiosa para ordenar nuestras finanzas. Cada vez son más las personas que dan el salto y pasan de ahorradores a inversores. Los tipos de interés negativos de los últimos años hacen imposible sacar rentabilidad con productos que antaño fueron populares, como la mayoría de los depósitos y muchos fondos de renta fija, que año tras año se cuelan entre los más contratados por los ciudadanos españoles.

2021 ha sido un año de recuperación en los mercados regado por rendimientos elevados, sobre todo en renta variable. Los grandes selectivos europeos -el Ibex 35 es de los más rezagados- y extraeuropeos han recuperado las caídas encajadas en el año de la pandemia. 2022 será un año de oportunidades en los mercados, aunque acechado por ciertos riesgos que las mayores firmas de inversión explicaron en Outlook by Finect, el evento sobre perspectivas que traza los grandes rasgos de las inversiones durante los próximos 12 meses.

Malware, suplantación de identidad (phishing), ataque de denegación de servicio, ataque de contraseña… La digitalización de la sociedad y de la economía es sinónimo de hackeo y vulneración online para empresas y usuarios particulares. Las cadenas de seguridad en los procesos digitales son cada vez mayores para defenderse de la ciberdelincuencia. La ciberseguridad es una temática de inversión actual y de futuro, cada vez más presente en las carteras.

Tan solo cinco minutos. Ese fue el tiempo que tuvieron los nueve candidatos que participaron en la final del certamen Asesor Top de este año para convencer al público, a un jurado profesional y a su respectivo asesorado de que su propuesta financiera era la idónea. En concreto, debían basarse en cumplir las metas y los objetivos financieros de tres candidatos con nombres y apellidos y con aspiraciones y sueños diferentes, como son Olga López, Roberto Romero y Ángel Fernández.

Los depósitos a tipo fijo llevan años con la rentabilidad por los suelos. El hundimiento de los tipos de interés complica al ahorrador conservador encontrar alternativas para su dinero. El repunte de la inflación, que alcanza una tasa interanual del 5,5%, pone aún más contra las cuerdas a los particulares, cuyo dinero se desgasta y pierde valor cada vez más rápido.

Invertir es el paso siguiente del ahorro, la palanca para que el dinero acumulado no pierda valor y genere un rendimiento a su dueño. El Banco de España desveló que los españoles tenían después del confinamiento casi un billón de euros con una rentabilidad que rozaba el 0%. Esto se explica porque los productos financieros predilectos de los ciudadanos son aquellos con un riesgo más bajo (efectivo, depósitos y cuentas). Todos ellos ofrecen una rentabilidad baja.