Banca y finanzas

Vigila los plazos, el riesgo, las comisiones... Los errores más comunes a la hora de invertir

Foto: Dreamstime

Invertir es el paso siguiente del ahorro, la palanca para que el dinero acumulado no pierda valor y genere un rendimiento a su dueño. El Banco de España desveló que los españoles tenían después del confinamiento casi un billón de euros con una rentabilidad que rozaba el 0%. Esto se explica porque los productos financieros predilectos de los ciudadanos son aquellos con un riesgo más bajo (efectivo, depósitos y cuentas). Todos ellos ofrecen una rentabilidad baja.

Sin embargo, después de los depósitos y planes de pensiones, el tercer producto de inversión más frecuente entre los españoles son los fondos de inversión. Este vehículo ha alcanzado un máximo histórico: el 40% de los ahorradores los utiliza en sus finanzas, según detalla el VII Barómetro del Ahorro del Observatorio Inverco, presentado a comienzos de noviembre. Los fondos, sin embargo, son palancas de inversión más complejas y es habitual cometer algunos errores. Desde Finect destacamos los más habituales.

Mirar a corto plazo

Una persona que decide poner su dinero a trabajar, ya sea en fondos o en otros instrumentos de inversión, tiene la inclinación a querer retirar el importe invertido demasiado rápido. Los asesores financieros presentes en la red de Finect recomiendan a los usuarios tener un planteamiento de largo plazo. Es decir, mantener una filosofía de la paciencia, con inversiones de alrededor de 10 años, que ayudarán a que el interés compuesto genere intereses sobre el dinero que hemos invertido.

Poner todo el dinero en un mismo fondo

Diversificar es otra de las palabras que los expertos en finanzas repiten con más asiduidad. Colocar todos los ahorros en un mismo producto es otro error: el dinero está expuesto al 100% a las fluctuaciones del mercado. Distribuir el capital entre diferentes tipos de activos o de productos permite resguardarse y combatir mejor de los momentos bajistas de los mercados.

No valorar todas las opciones

Los fondos y planes de pensiones más contratados por los ciudadanos son aquellos que ofrece su banco de cabecera. Sin embargo, tener una cuenta en un banco no significa invertir en todos los productos que ofrece esa entidad. Otro de los fallos más habituales al invertir es, precisamente, ese: quedarse con la primera opción que nos ofrecen, sin valorar por nuestra cuenta o con ayuda de profesionales otros tipos de productos.

Basar las decisiones en modas

Es habitual dejarse arrastrar por la opinión general, también en el ámbito de las decisiones financieras. Este planteamiento es arriesgado y se basa en la percepción de que hay una oportunidad muy clara de ganar dinero rápido. No obstante, los gestores de inversiones señalan en las fichas de sus productos: "Rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras". Y es que dejarse llevar por el buen comportamiento de un vehículo en el pasado no debe ser el único criterio a seguir.

Marcos Pérez, asesor de Affinium Internacional, señalaba en Finect Talks que la moda de las rentabilidades pasadas es muy común desde su experiencia: "El hecho de estar persiguiendo siempre lo que mejor ha funcionado el año pasado es como intentar comprar el boleto de Navidad premiado el año pasado porque salió el año pasado. No tiene ningún sentido y lo veo hacer mucho. Es un error que hay que evitar".

No hacer caso a las comisiones

El nivel de comisiones que tiene un producto va a determinar la rentabilidad final obtenida. Los distintos costes de un vehículo se descuentan del valor liquidativo. Estas comisiones están lastrando la rentabilidad neta, y no pueden pasarse por alto al decidir dónde y cómo invertir. Por ejemplo, invertir 20.000 euros con una comisión del 3% supone pagar a la entidad que comercializa ese instrumento 600 euros. Pero invertir esa cantidad en un fondo cuyas comisiones finales son del 0,9% supone pagar a la entidad 160 euros.

Desde el punto de vista de las comisiones, una opción que está en auge son los fondos indexados, que se caracterizan por tener las comisiones más bajas del mercado gracias a funcionar por medio de la llamada gestión pasiva. A través de Finect puede consultarse un escaparate de distintos fondos indexados.

Asumir un perfil de riesgo equivocado

Otro de los aspectos que se suelen pasar por alto es el perfil de riesgo. No todas las inversiones tienen el mismo riesgo. Activos como la renta fija suponen exponerse a poco riesgo, mientras que activos más volátiles, como las criptomonedas, entrañan más riesgos (aquí puedes ver cómo invertir con riesgo alto). Por ello, conviene conocerse a uno mismo para decidir cuáles son las inversiones más ajustadas a cada persona. Otra opción en boga son los gestores automatizados, entidades que realizan al usuario un test online que crea una radiografía de su perfil de inversor. Actualmente existen distintas opciones para invertir en estos roboadvisors.

Invertir sin un plan

Invertir al tuntún es en sí mismo un riesgo y un error. Contar en cambio con un plan que incluya aspectos como un fondo de emergencia, un plan de aportaciones a fondos de pensiones o de inversión o una cartera de activos diversificada son pasos que favorecen el éxito de la inversión.

Dejarse llevar por las emociones

Las decisiones financieras, lejos de ser una suma o resta de números, están también atravesadas por pensamientos. Una persona que decide poner a trabajar sus ahorros tiene en mente algo más que la marcha de los mercados. Las emociones son un factor que también entra en juego en la actitud y en la respuesta que despliegan los inversores.

Tanto es así que racionalidad y emociones van de la mano en el proceso inversor. "La confluencia de razón y emoción genera sensaciones curiosas", explica en un Finect Talks Pedro Bermejo, neurólogo y autor de El cerebro del inversor.

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