Rosa García
Es un hecho que vivimos en la era de la híper conectividad. Un tiempo caracterizado por el poder de la globalización, en el que Internet y los avances tecnológicos están desdibujando las fronteras. Cualquiera, hoy, puede establecer una comunicación inmediata y en directo con casi cualquier parte del mundo. Todos estamos más que acostumbrados a conectarnos con personas, empresas o incluso con máquinas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia. Sin embargo no ocurre lo mismo cuando hablamos de conectar la energía.