Seamos claros desde el principio: El incremento del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que grava a la compraventa de inmuebles de segunda mano, aprobado por el gobierno catalán solo tiene un fin recaudatorio y no ayudará a solucionar los problemas de la vivienda. Solo afectará a una franja minoritaria del mercado inmobiliario mientras que la gran mayoría de la población seguirá enfrentando grandes dificultades para contar con un hogar propio.