La ciencia ha avanzado a pasos gigantescos en los últimos años; de hecho, la integración de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, está revolucionando la forma en que diagnosticamos y tratamos enfermedades. Aun así, todavía nos enfrentamos a enfermedades que dependen de una importante inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), un impulso sin el cual muchos de los hallazgos científicos nunca verían la luz.