La primera semana de agosto no empezó con el mejor pie. El pasado lunes fue un día negro para las principales bolsas a nivel mundial, ya que el miedo de que la Reserva Federal acepte recortar los tipos por el riesgo de una recesión en Estados Unidos, en vez del aterrizaje suave que pronosticaba el organismo, se adueñó de los parqués estadounidenses, y Wall Street terminó contagiando a los índices europeos y al Nikkei japonés, afectando gravemente su cotización. A pesar del rebote de los últimos días, el Ibex 35 no se salva de las caídas y cierra con un descenso en la semana de tan solo el 0,3%. Aunque para la otras referencias de Europa el matiz es otro, ya que logran acabar en terreno positivo la semana, con ascensos del 0,3%, al igual que le sucede del otro lado del Atlántico al Nasdaq 100. El índice tecnológico nada a contracorriente y sube casi un 3% al cierre europeo, mientras sus homólogas continúan coloreadas de rojo.