Emprendedor y CEO de Bioo

Imaginemos abrir los ojos en nuestra cama y lo primero que toquemos sea la hoja de una planta, y que esta te responda con la primera luz que veas del día, una luz cálida activada por ella misma. Luego, tras poner los pies en suelo, entras al salón, y te das cuenta de que el aire es puro, y que la temperatura es fresca a pesar de que debería hacer calor. Miras arriba y ves que de tu techo se desprenden plantas colgantes, las cuales no solo limpian el aire y reducen el calor, sino que generan energía de la propia tierra, alimentando las luces de tu piso. Y es que, aunque haya paneles solares en el ático, ahora cada piso es aprovechado para limpiar el aire y generar energía con plantas que no requieren de ese impacto directo del sol.

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