Miguel Ángel Bernal
Lo que ha ocurrido con la sentencia y posterior actuación del Tribunal Superior de Justicia, TSJ, ha llevado a este país a un embrollo enorme. Se cuestiona el hacer de la Justicia, pilar básico de un estado. La inseguridad creada nunca se debía haber producido, debía de haberse evitado. Cómo será la situación que hasta el mismísimo presidente del TSJ ha pedido perdón, algo excepcional y que da una idea del problema generado. Es preocupante que el propio TSJ cree esa inseguridad, pone en cuestión la propia credibilidad de los órganos que deben interpretar las leyes y juzgar en base a ello. Señalar además que se está olvidando que la cuestión va a saltar fuera de nuestras fronteras. El día 5 de noviembre es muy posible que la decisión final que tome el Tribunal Superior de Justicia no zanje nada, al final este tema tiene visos de que terminará inexorablemente en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, TJUE, como así ha sido en otras ocasiones.