Reportero especializado en banca y finanzas. Antes, estuvo en la agencia internacional de noticias Reuters, donde cubrió empresas y mercados europeos, y en el periódico El País, dedicándose a temas económicos. Italiano, pero ciudadano del mundo.

Hace más de cuatro años, en plena pandemia, Nickel aterrizó en España con una propuesta innovadora frente a la banca tradicional. El neobanco de BNP Paribas brinda una cuenta corriente y una tarjeta asociada sin ninguna condición, a través de una red de establecimientos de estancos y de lotería, entre otros. La entidad, muy sensible a los temas de exclusión financiera, pretende ofrecer a sus clientes un producto muy sencillo, independientemente de sus condiciones financieras, y hacerles la vida más fácil a todos aquellos que se enfrentan a problemas de acceso al efectivo. Desde su lanzamiento en España, su modelo alternativo ha tenido un rápido crecimiento, pero su consejera delegada asegura que todavía hay margen para mucho más, siguiendo la estela de su país natal: Francia.

En su proceso de transformación para fortalecer su posición en el mercado tras la integración con Liberbank, Unicaja ha apostado por simplificar su oferta, centrándose en los productos más sencillos y mejor valorados por sus clientes. En el último año, la entidad malagueña ha pasado de contar con 1.533 productos a alrededor de 200, con una reducción significativa en su banca minorista, afinando una oferta "más clara, sencilla y adaptada a las necesidades reales del cliente", según señalan fuentes del banco.

El empuje de la actividad en los depósitos y un ritmo estable en la concesión del crédito, junto a un ligero ajuste de la red de oficinas, han permitido a la banca incrementar su productividad por sucursal más de un 5% en el último trimestre del año pasado. En este período, las diez entidades domésticas registraron de media un volumen de negocio por oficina de 192,59 millones de euros, frente al 182,57 del año previo, según cifras recogidas por la consultora Alvarez & Marsal. Una subida que se observó en cada uno de los bancos del país, aunque a velocidad distinta. Abanca y Sabadell dispararon este volumen un 16,6% y un 9,5%, respectivamente, mientras que en Unicaja el crecimiento se limitó a un 0,3%. En términos absolutos, Santander y Bankinter se anotaron los valores más altos.

Más allá del susto que se pegó la banca en bolsa la semana pasada por el terremoto arancelario desatado por Donald Trump, un escenario de altos tipos de interés durante más tiempo ha beneficiado a las cotizaciones de los valores bancarios, en los que los inversores han vuelto a depositar su confianza para satisfacer sus ambiciones tras una década de política monetaria ultralaxa. Ante este baño de euforia en los mercados, el coste de capital, que refleja la rentabilidad mínima que un inversor le exige a un valor para invertir en ello, ha caído hasta un 11% en el sector financiero europeo, según cálculos de Citi. Es un valor particularmente significativo, al colocarse por primera vez desde 2019 por debajo de la media a largo plazo del 12%. Sin embargo, Santander y BBVA se sitúan por encima.

Con una guerra abierta a sus puertas desde hace más de tres años y ante la urgencia de lograr una mayor autonomía de Estados Unidos, Europa ha puesto la seguridad y la defensa al tope de la lista de sus prioridades. En un contexto de incertidumbre geopolítica, altos ejecutivos financieros y políticos de distintos países del Viejo Continente han insistido en las últimas semanas en demandar una regulación más ágil que permita canalizar el crédito hacia las empresas del sector y fortalecer así la integración europea bajo este prisma. Sin embargo, esta necesidad se topa con el débil vínculo que la banca tiene con las firmas de defensa, al tratarse de una financiación que en el pasado generaba cierta desconfianza por no cumplir con las métricas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).

El presidente de CaixaBank, Tomás Muniesa, ha aprovechado su intervención por primera vez como presidente del banco en la junta general de accionistas de este viernes para volver a defender la continuidad de la sede del banco en Valencia, tras el anuncio del principal accionista de la entidad, la Fundación La Caixa, de regresar a Cataluña.

Tras los batacazos de la crisis financiera y de la pandemia de covid-19, los bancos han hecho los deberes para disponer de un buen colchón de seguridad y hacer frente a futuros imprevistos. En una era dorada para el sector, la gran banca en España cuenta actualmente con un nivel de liquidez récord. Así lo refleja la ratio de préstamos sobre depósitos de las seis entidades cotizadas en el Ibex 35, que en 2024 se situó en un 85%, su cifra más baja desde 2017, a partir de cuando hay registros sobre esta métrica.

La Asociación Española de Banca (AEB) recurrirá el gravamen al sector, que el Gobierno extendió durante tres años con un nuevo diseño por tramos. La patronal no puede denunciar la ley, pero sí su contenido e irá a los tribunales cuando se publique el modelo definitivo de liquidación del tributo, explicó la presidenta de la patronal, Alejandra Kindelán.

El consejero delegado de Unicaja, Isidro Rubiales, ha señalado este miércoles que el entorno de "extraordinaria e inusitada incertidumbre", azuzado por los aranceles anunciados por Donald Trump, apunta a una creciente tensión de las condiciones financieras y a una moderación en el crecimiento económico, con una "alta probabilidad de entrada en recesión".

El Banco de España confía en que el sistema financiero español cuenta con una hucha suficiente para enfrentarse a las posibles consecuencias de la guerra arancelaria desatada por Donald Trump. "No prevemos problemas de liquidez ni en el corto ni en el largo plazo. Todo esto queda circunscrito a las posibles medidas que se podrían implementar de forma permanente y eso no lo sabemos", ha apuntado este martes la directora general de Supervisión del Banco de España, Mercedes Olano, en la presentación de la memoria de supervisión de la institución financiera.