Banca y finanzas

Santander, BBVA y CaixaBank solo dan un 6% de la financiación en la defensa europea

  • Las tres entidades quedan rezagadas en el liderazgo de operaciones en préstamos sindicados y bonos en el sector
     
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Con una guerra abierta a sus puertas desde hace más de tres años y ante la urgencia de lograr una mayor autonomía de Estados Unidos, Europa ha puesto la seguridad y la defensa al tope de la lista de sus prioridades. En un contexto de incertidumbre geopolítica, altos ejecutivos financieros y políticos de distintos países del Viejo Continente han insistido en las últimas semanas en demandar una regulación más ágil que permita canalizar el crédito hacia las empresas del sector y fortalecer así la integración europea bajo este prisma. Sin embargo, esta necesidad se topa con el débil vínculo que la banca tiene con las firmas de defensa, al tratarse de una financiación que en el pasado generaba cierta desconfianza por no cumplir con las métricas ESG (ambientales, sociales y de gobernanza).

En el ranking de los diez principales bancos que han liderado operaciones de préstamos sindicados y bonos corporativos en la defensa europea durante la última década solo figura un español, Santander, con un valor de 7.732 millones de dólares, según datos recaudados por Dealogic. El banco presidido por Ana Botín ocupa precisamente la penúltima posición del top 10, con una cuota de mercado del 4,4%. BBVA y CaixaBank se sitúan mucho más por debajo, en el puesto 21 y 40, respectivamente. Desde 2015, las tres entidades domésticas han coordinado en calidad de bookrunners una financiación de 10.578 millones, apenas un 6% del total invertido en el sector.

Los bancos españoles han concedido más préstamos al sector energético y tecnológico, manteniéndose al margen del negocio de la defensa, hasta tener en su momento recelos a la hora de dar crédito para la compra de armas para la policía o para el ejército, anota el economista Javier Santacruz Cano. "Sería entrar prácticamente en un mercado nuevo y lo que realmente se necesita son soluciones de banca de inversión. Las dinámicas de industria de defensa tienden casi al nivel de secretismo y requieren que se conozca bien cuál es el ciclo de producción de esa tecnología, cómo se vende y qué empresas operan. Ahora, las entidades tendrán que formar o buscar personal que sepa de esos temas y dedicarse a adquisiciones, préstamos sindicados, financiación ad hoc", agrega, a la vez que señala al Santander como el banco más dispuesto a tomar riesgos a la hora de embarcarse en grandes operaciones.

No es baladí que la presidenta de la entidad cántabra, Ana Botín, haya expresado en la última junta de accionistas su intención de revisar las políticas del banco para ayudar a financiar la estrategia de defensa europea. "En este tema estamos en una situación absolutamente diferente de la que estábamos hace unos años. Nuestra obligación como banco y como europeos es contribuir a que Europa pueda defenderse", ha recalcado.

En la misma línea, el número uno de BBVA, Carlos Torres, recordó hace dos semanas en un foro que existe un marco social que restringe la inversión en este sector, por ejemplo en proyectos relacionados con armamentos controvertidos, pero "una vez que no estemos dentro de esos perímetros, no hay obstáculo para financiar empresas que se dedican a defensa". Tanto Santander como BBVA declinaron hacer comentarios.

En Europa, las entidades más comprometidas con la defensa han sido tradicionalmente BNP Paribas y UniCredit, con una cuota de acuerdos en préstamos sindicados y bonos entre el 8% y el 9% cada una en los últimos diez años. Acotando el período tomado en consideración a los últimos tres años -cuando empezó la guerra en Ucrania-, la representación del prestamista italiano ha subido hasta exceder el 13%.

Andrea Coda, director de sectores y fusiones y adquisiciones de UniCredit, se mostró públicamente a favor de impulsar la inversión en defensa. "Nuestra ambición coincide con la de los actores europeos del sector de defensa de ser líderes europeos. La defensa es un sector en crecimiento y estamos abiertos a nuevos negocios", apuntó a principios de mes.

En cambio, desde 2022 la representación de BNP Paribas ha retrocedido hasta un 6,8%. Eso sí, la entidad ha reafirmado recientemente su compromiso "de larga data" con la defensa y sus clientes corporativos, principalmente en los países de la OTAN, y en particular en Europa.

Carencias en innovación tecnología

Los altos ejecutivos financieros parecen haber asumido la necesidad de un cambio de paradigma ante el ambicioso plan de rearme de la Unión Europea, con inversiones cercanas al 5% del PIB conjunto u 800.000 millones de euros. Una llamada de atención que se hace aún más urgente al considerar que en las últimas décadas de la era posterior a la Guerra Fría, los países europeos redujeron significativamente su inversión en defensa, con la invasión rusa de Ucrania y los rápidos avances de China en tecnología militar que han expuesto las carencias del bloque en innovación tecnológica.

El fondo de innovación de la OTAN, que invierte en empresas de vanguardia para fortalecer la seguridad de las naciones, ha señalado en un reciente informe que un obstáculo importante para aumentar el gasto en defensa es que el sector está excluido de los mandatos de las instituciones financieras. "En los últimos años, la industria ha sido tachada como 'poco ética', como el alcohol y el tabaco, contribuyendo aún más a la percepción negativa que socava el papel del sector en la sociedad", advierte el fondo de capital riesgo independiente.

"La guerra en Ucrania ha demostrado la rápida evolución de la tecnología en el campo de batalla, con soluciones que provienen de startups innovadoras que ya enfrentan suficientes obstáculos para escalar. No deberían carecer de acceso a capital de riesgo ni ser rechazadas al abrir cuentas bancarias simplemente por prestar servicios a los mercados de defensa", ha agregado, a la vez que invita a las instituciones financieras a revisar sus listas de exclusión y sus políticas de defensa.

El gobernador del banco de España, José Luis Escrivá, expuso el mes pasado que la banca europea mantiene niveles muy bajos en financiación al sector de la seguridad y defensa, sin que en España el crédito para los préstamos para la fabricación de armamento y munición hayan superado el 0,1% del crédito total en ningún momento durante las dos últimas décadas.

Para ganar terreno en este ámbito, Escrivá pidió precisamente valorar si el actual marco regulatorio y supervisor "ofrece los incentivos adecuados para movilizar la financiación bancaria hacia este tipo de inversiones, y analizar cómo la banca podría desempeñar un papel más activo en este ámbito estratégico".

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