Redactor de economía y mercados. Doctor en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Un día se preguntó cómo cotizaba un bono y ya no hubo vuelta atrás.

Aunque el acuerdo entre EEUU y China se dé por hecho, este choque entre ambas potencias puede ser el inicio de una nueva era. Desde el primer mandato de Donald Trump, EEUU ha intentado torcer el brazo a China en la guerra comercial a través de aranceles, controles de exportación y restricciones tecnológicas. Como si de una carrera se tratara, la primera potencia del mundo buscaba impedir el rápido avance de la segunda con sus restricciones y músculo financiero. Sin embargo, Pekín podría haber encontrado el punto débil de EEUU... y de todos sus aliados occidentales: el control absoluto de las tierras raras, un grupo de minerales imprescindibles para la fabricación de imanes permanentes utilizados en automóviles eléctricos, drones, misiles, turbinas eólicas, cazas y robótica. Sin estos minerales es muy difícil que algunas industrias punteras puedan seguir el ritmo de la competencia global, pero sobre todo el ritmo que está empezando a adquirir la tecnología China. Aún es muy pronto para sacar conclusiones, pero si China deja a EEUU sin acceso a las tierras raras, el país que comenzó imponiendo los aranceles podría terminar siendo la gran víctima de la guerra comercial. No solo eso, el liderazgo de EEUU y los países aliados (Europa, Australia..) estaría en juego en varios sectores.

En el sudeste asiático, prácticamente lindando con el norte de Australia, se encuentra la nación más joven de Asia. Bañada por el océano Índico, la isla de Timor, de origen volcánico, irregular orografía y vastas zonas de selva, se divide en dos partes. La occidental (o izquierda en el mapa), se corresponde con una provincia de Indonesia. La oriental (o derecha) la ocupa el país que se independizó de Indonesia en 2002: Timor Oriental. En estos apenas 20 años de existencia (no llega a un cuarto de siglo), la trayectoria económica de esta joven nación que no llega al millón y medio de habitantes ha progresado lo suficiente como para recibir ciertas alabanzas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, en una reciente ficha, el organismo subraya que si el país quiere disfrutar de un futuro próspero, tiene que saber gestionar mejor el gran tesoro que acumula: un 'cofre' diez veces más grande que su economía.

La inflación de EEUU sorprendió en mayo, con una mínima aceleración inferior a la prevista en pleno conflicto arancelario lanzado por la Administración Trump. El mes pasado, el índice de precios al consumo (IPC) avanzó un 2,4% intermensual frente al 2,3% de abril. El pronóstico de los analistas era de un repunte hasta el 2,5%. El IPC subyacente, que excluye a los más volátiles energía y alimentos, se quedó en el 2,8% interanual frente al avance hasta el 2,9% esperado. La sorpresa ha sido más notoria en la lectura intermensual, con una subida del 0,1% en ambos índices cuando se esperaba un 0,2% para el IPC general y hasta un 0,3% para el subyacente. Es el cuarto mes seguido en el que la inflación subyacente, muy pegajosa y muy vigilada en la última época, sorprende a la baja. Aunque este alivio es pequeño para conducir a la Reserva Federal a bajar los tipos de interés pronto, es significativo en medio de las tensiones comerciales y el temor a que se empiecen a notar ya en los precios al consumo.

La errática política económica que está aplicando la Administración Trump en EEUU tiene una suerte de 'piedra filosofal'. Se trata de un documento no demasiado extenso (40 hojas) en el que se explica cómo se debe reestructurar el comercio mundial para que EEUU no sea el amigo que siempre 'paga la cuenta'. Su autor es el economista Stephen Miran, antiguo estratega sénior de Hudson Bay y ahora director del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca tras ser nombrado por Donald Trump. Con permiso de Peter Navarro, 'padre' casi biológico de los aranceles, medida que también contempla este documento, Miran ahora mismo es el ideólogo de cabecera de Trump en materia económica y por eso, aunque rezuma tintes maximalistas, es útil repasar su catálogo de propuestas. Una de ellas, destinada a 'someter' al resto de socios comerciales, pasa por obligarles a cambiar sus tenencias de deuda soberana de EEUU por un bono a 100 años con un rendimiento menor. Una receta muy peligrosa en la medida en la que esconde un concepto hasta ahora impensable para EEUU: una reestructuración de deuda.

Falta vivienda. Cada vez resulta más evidente que este es el gran problema que aflige a España y a otros países europeos en los que el precio de los inmuebles no para de subir. Los políticos y los gobiernos buscan afrontar esta crisis con medidas que intervienen directamente los precios (distorsionan los incentivos) o por el lado de la demanda, una solución que puede obtener ciertos réditos (electorales y de resultado) a corto plazo, pero que puede agravar la situación en el largo plazo. Como en el largo plazo gobernará otro... no merece la pena abordar el problema real, que es la escasez de vivienda y la necesidad de levantar nuevos inmuebles de forma rápida y contundente, algo extremadamente costoso en términos económicos y de tiempo. No obstante, poco a poco, algunos Gobiernos están empezando a dar los pasos correctos para solucionar este problema o, al menos, aliviarlo. Este es el caso de Irlanda, que está a punto de suspender parcialmente el control o tope al precio de los alquileres para intentar desencadenar un boom de construcción que equipare la oferta con la demanda.

El teletipo sorprendía, en cierta medida, a los operadores este lunes. Los inversores japoneses vendieron la mayor cantidad de bonos soberanos alemanes (bunds) en una década en abril. En concreto, las ventas netas ascendieron a 1,48 billones de yenes (cerca de 9.000 millones de euros), la mayor cantidad desde 2014, según mostraron ayer los últimos datos de la balanza de pagos del Ministerio de Finanzas del país asiático. Esta sigilosa, como exige el manual del buen 'ninja', liquidación ha sido también la mayor entre los 12 mercados de bonos soberanos seguidos por el ministerio, en referencia a los títulos de deuda emitidos por los gobiernos, sus agencias y las autoridades locales.

La ambición y alcance de la "gran y bella" reforma fiscal de Donald Trump en EEUU es tal, que cada semana aparecen nuevos detalles 'desconocidos' sobre la misma que avivan las preocupaciones de los analistas económicos. Si la Sección 899 con un impuesto 'oculto' a los inversores extranjeros ya ha puesto los pelos de punta a más de uno, ahora trasciende un apartado, a priori, más discreto, pero que puede tener importantes consecuencias. El impuesto incluido al envío y recepción de remesas por parte de ciudadanos no estadounidenses puede abundar en un error que ya cometió Argentina antes del gobierno de Javier Milei y que tuvo derivadas bastante negativas. Pese a abrazar el mismo relato y sus efusivas fotografías juntos en diferentes eventos, Trump no parece 'aprender' de las lecciones económicas de su homólogo argentino. Solo hay que ver el, de momento, poco éxito de la estrategia de la 'motosierra' en la Administración federal americana y el rumbo de una misión DOGE para adelgazar el gasto público en la que ya ni está el que era su mayor baluarte, el CEO de Tesla, Elon Musk.

Todo el brillo de los datos comerciales de China en abril se ha convertido en oscuridad en los de mayo. Aunque en abril las exportaciones de China a EEUU ya se hundieron en medio de las tensiones comerciales, ese mes China diversificó con éxito sus envíos a otros clientes, destacando el caso del sudeste asiático y de Latinoamérica. En mayo, sin embargo, esta diversificación no ha tapado el daño que hace la caída de las exportaciones a EEUU, incluso cuando ambos países pactaron el mes pasado una tregua comercial llena de buenas palabras.

Por muy optimistas que se muestren algunos analistas financieros y algunas voces institucionales, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ni más ni menos, el euro tiene prácticamente imposible destronar al dólar estadounidense de su hegemonía mundial. El dólar interviene en nueve de cada diez transacciones de divisas y sigue representando el 58% del total de las reservas de divisas en el mundo. Materias primas, tipos de interés, derivados: es la divisa dominante en casi todos los mercados. Con una excepción: un rincón en el que los activos se denominan principalmente en euros y cuyo despegue está impulsado sobre todo por empresas y agentes públicos con sede en Europa.

El mercado laboral de EEUU sigue debilitándose, pero no está colapsando. Ese podría ser el resumen tras observar el informe oficial de empleo del país publicado este viernes por el Departamento de Trabajo. En mayo, hubo una creación neta de 139.000 puestos de trabajo (nóminas no agrícolas) frente a los 147.000 de abril (una cifra que se ha revisado notablemente a la baja desde los 177.000 iniciales). Por contra, la cifra de mayo vuelve a sorprender al alza una vez más, esperando los analistas una de 126.000 puestos. Al mismo tiempo, tal y como se pronosticaba, la tasa de paro se mantuvo en el 4,2%. Aunque el enfriamiento es notorio (especialmente la revisión de abril), estas no son las cifras de una sacudida que permitiera a la Reserva Federal de EEUU volver a bajar los tipos de interés. La economía todavía no se 'rompe', pese a las erráticas políticas de la Administración Trump y, en todo caso, los aranceles pueden traer más inflación, con lo que el banco central no encuentra margen para salir de su modo wait and see (esperar y ver).