Economía

El serio aviso de TS Lombard: Musk quiere copiar el exitoso plan Milei, "pero EEUU no es Argentina"

  • "La combinación de aranceles y los recortes de DOGE es peligrosa"
  • Los recortes de Musk no se parecen a los de Milei en calidad ni en cantidad
  • Musk puede desatar una recesión peligrosa para el país entero

El plan económico de Javier Milei se ha convertido en el ejemplo a seguir para varios gobernantes que comparten, al menos parcialmente, la ideología económica del presidente argentino. Esta estrategia basada en los duros ajustes fiscales, la desregulación y la generación de incentivos a la inversión ha funcionado en Argentina. Sin embargo, antes de que estas mejoras fuesen tangibles, la economía del país se hundió unos trimestres un poco más en el pozo en el que ya se encontraba. El conocido como periodo de transición. Ya hay quien asegura, incluso, que el presidente de EEUU, Donald Trump, y su 'brazo ejecutor' en el recorte de gasto público, el CEO de Tesla, Elon Musk, buscan imitar el discurso y la receta de Milei o, al menos, utilizar lo ocurrido en Argentina para justificar la desaceleración que está sufriendo la primera economía del mundo (dolor a corto plazo y beneficio en el largo). El presidente de EEUU y algunos de sus más estrechos colaboradores han reconocido que el país podría caer en recesión como algo necesario (un periodo de transición) para iniciar una etapa mejor y más próspera. Sin embargo, las diferencias entre ambas economías (también entre el plan Milei y lo que propone Musk) son tantas y tan abultadas, que el resultado puede ser desastrosamente diferente, según explican desde la casa de análisis TS Lombard en una nota para clientes.

Dario Perkins, economista de dicha casa, comenta que "tanto Scott Bessent, secretario del Tesoro de EEUU, como Elon Musk han afirmado que podría ser necesario infligir cierto impacto negativo a la economía estadounidense en 2025, con la esperanza de que salga fortalecida de cualquier recesión a corto plazo. Han señalado que la actividad se está viendo 'inflada' por el gasto público, y que quizás una dosis de 'desintoxicación' pueda impulsar la deuda pública hacia una trayectoria más sostenible. Esto incluso ha amplificado los rumores de una posible recesión", explican desde esta casa.

Perkins señala sin duda alguna que "la tesis de Musk de dolor a corto plazo y beneficio a largo plazo le debe mucho a su héroe, Javier Milei, quien empuñaba una motosierra. Argentina introdujo drásticas medidas de austeridad tras la victoria electoral de Milei en diciembre de 2023, básicamente recortando el gasto público... Tras una breve recesión, la economía ya ha comenzado a recuperarse, mucho más rápido de lo esperado. La inflación está bajando, y Argentina ha cambiado dos déficits por dos superávits. ¡La motosierra de Milei funcionó!", asegura este experto.

Pero este analista señala que las diferencias entre las políticas de ambos países son abismales y además las situaciones son completamente diferentes. Respecto a lo primero, las diferencias pueden atisbarse de un solo vistazo. Mientras que los recortes de Milei (equivalen al 5% del PIB) han sido intensos y han ido directos a las partidas más amplias (pensiones, por ejemplo), en el caso de EEUU los ajustes parecen estar siendo más visuales que otra cosa. Gran multitud de recortes, pero de un tamaño monetario casi insignificante para la mayor economía del mundo. Además, el Gobierno de Argentina es pleno defensor del libre comercio y aboga por bajos o inexistentes aranceles para generar certidumbre y eficiencia en el comercio internacional, mientras que Donald Trump no para de generar ruido e incertidumbre con sus políticas proteccionistas.

Musk intenta seguir los pasos de Milei

Sobre el papel, la iniciativa más similar de la 'motosierra' de Milei en EEUU es la creación del denominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE por sus siglas en inglés), pilotado por Elon Musk, reconocido fan del presidente argentino. La idea inicial de Musk pasaba por lograr recortar entre uno y dos billones a los 6,8 del presupuesto anual en 'grasa' de la Administración. Sin embargo, el análisis en 'tiempo real' de la iniciativa está dejando otras sensaciones. Además, la errática política del Gobierno de EEUU en materia comercial está generando una combinación que a primera vista no parece positiva para la economía.

"La combinación de aranceles y los recortes de DOGE es peligrosa. Los mercados están acostumbrados a la política de 'whatever it takes' (hacer lo que sea necesario)... Esta política es algo nuevo. Es una política de 'dar vueltas y vueltas', por usar la expresión correcta", haciendo referencia a la puesta y retirada constante de aranceles que genera incertidumbre, junto a la promesa de ciertos de recortes y anuncios a golpe de tuit y rueda de prensa.

Respecto a lo segundo, Perkins explica que "copiar las políticas de un país con una corrupción endémica masiva y al borde de la hiperinflación es, digamos, problemático. El público aceptó de buena gana medicina de Milei (votó explícitamente por ella) y cualquier posibilidad de recuperación económica debía empezar por aplastar la inflación. La confianza no podía recuperarse cuando la inflación superaba el 200%. EEUU se encuentra en una situación muy diferente. Sí, la inflación es algo alta, pero no tanto como para que Musk y compañía provoquen deliberadamente una recesión", explica este experto.

En lo que respecta a la 'gran misión' de Musk, centrada finalmente en echar a la calle a empleados federales, hasta la fecha, más de 100.000 de ellos han sido despedidos y otros 75.000 han optado por "renunciar voluntariamente". Las rotundas amenazas de Musk de que llegaría despedir a empleados federales que no contestasen a sus correos electrónicos ha causado estupor y cierta sensación de purga e incluso 'caza de brujas'. Aunque la justicia estadounidense ha empezado a poner barreras, Musk las ha ido sorteando.

Es verdad, por ejemplo, que los despidos alcanzaron en febrero niveles similares a los de la crisis financiera y la burbuja de las puntocom. Pero, señalan otros economistas a Axios, incluso cifras aparentemente elevadas -sobre empleados públicos despedidos, contratos eliminados o aumento de aranceles- no son tan significativas en relación con todo el presupuesto federal ni con la enorme economía estadounidense. "Esto bien podría cambiar con el tiempo. Pero por ahora, sugiere que cualquier impacto económico de estos cambios de política se deberá a cambios en la confianza de consumidores y empresas, no al resultado directo de la recaudación de aranceles o la reducción del gasto", apuntan estos expertos.

Los analistas de ING confirman que el impacto de DOGE en el conjunto de la economía está operando más a modo psicológico que de verdadero daño en las grandes cifras: "La gran necesidad de ahorro no sólo hace que los empleados públicos estén preocupados por sus puestos de trabajo. Las empresas privadas que tienen al gobierno como cliente también están preocupadas por los ingresos futuros, y los hogares que dependen de diversas prestaciones y subvenciones del gobierno también deben empezar a calcular razonablemente que habrá un deterioro en el futuro".

Mucho ruido y pocas 'nueces'

En medio de esta zozobra en la confianza, y más allá de lo impactantes que resulten o no las cifras de despidos, "lo irónico es que esto no ha hecho mella en las finanzas públicas, al menos de momento", señala James Smith, analista de ING. Él mismo ofrece un dato: el gasto federal ha aumentado un 13% en relación con el mismo momento del pasado ejercicio fiscal; los ingresos, un 2%.

El estado de cuenta mensual del Tesoro, publicado hace unos días, mostró un gasto federal de 603.000 millones de dólares en febrero, 36.000 millones de dólares más que en febrero del año pasado. Los principales impulsores del aumento fueron el aumento de los pagos de la Seguridad Social (que refleja el ajuste anual de las prestaciones por el coste de la vida y el cambio demográfico) y el aumento de los costes de los intereses (que refleja el aumento de la deuda y la renovación de deuda antigua con tipos de interés bajos).

Esto evidencia en cierto modo que los principales impulsores del gasto del gobierno federal no son los contratos individuales, los salarios de los burócratas ni la ayuda exterior. Se trata, más bien, de los programas populares de bienestar social -Seguridad Social, Medicare y Medicaid-, junto con el gasto en defensa y los intereses de la deuda. Musk y Trump no van a meter la tijera ahí, justamente donde Javier Milei más ha recortado o congelado el gasto.

Hasta la fecha, los titulares están generando mucho ruido, algo casi obligado cuando Musk está de por medio. Pero la fotografía general seguramente no es la que querría el magnate. La conclusión a la que se está llegando es que el relato que está llegando a la opinión pública puede minar la confianza en el gasto y acelerar la llegada de la ahora tan debatida recesión, cuando realmente el ahorro no es que no se note, sino que el acuciante gasto federal de la primera potencia del planeta sigue disparado.

Perkins coincide y explica que, aunque el DOGE son recortes estéticos, si puede generar desconfianza al recortar varios miles empleos, en un momento en que la contratación ya es débil: "Esto podría derivar en una pérdida de confianza más amplia, desencadenando aún más pérdidas de empleos. Sabemos que pequeños aumentos del desempleo suelen preceder a aumentos mucho mayores. Y es posible que la Reserva Federal no reaccione con rapidez. Tiene que preocuparse por los aranceles (y ya está libre de responsabilidades si el aterrizaje suave fracasa)", asegura este experto. Todo ello combinado con la incertidumbre de los aranceles y la corrección de Wall Street puede terminar acabando en 'tragedia económica'.

Desconfianza e incertidumbre

"Quizás la nueva administración estadounidense haya olvidado lo que es una recesión 'real'", asegura Perkins. Este economista comenta que no ha habido una recesión real en EEUU en 17 años, y la falsa recesión causada por la covid-19 puede haberles dado una exagerada sensación de omnipotencia. EEUU se recuperó rápidamente de la pandemia y volvió al pleno empleo sin secuelas a largo plazo. Pero esto se debe únicamente a que la recesión fue en gran medida causada por el hombre (resultado de los confinamientos) y las autoridades desplegaron la mayor respuesta fiscal y monetaria desde la Segunda Guerra Mundial.

Además, existe la posibilidad de generar importantes secuelas económicas. Frente a lo que expone la teoría del ciclo austriaca, "las recesiones no siempre son saludables ni purifican la economía. Todo lo contrario: pueden causar daños. Y esos daños persisten. Recordemos la crisis del euro. Fue una recesión totalmente innecesaria, sobre todo para los países sin desequilibrios subyacentes. Fue un fracaso político no forzado, cortesía del BCE. Sin embargo, dañó permanentemente el capital humano y físico de la eurozona", asegura este experto.

"Finalmente, parece particularmente cuestionable orquestar una recesión con el objetivo de reducir los rendimientos de los bonos y restaurar la sostenibilidad fiscal. EEUU no es Argentina, y no se enfrenta a una crisis de deuda inminente. En cualquier caso, ¿alguien cree realmente que una recesión en 2025 reduciría la trayectoria de la deuda estadounidense? Todas las recesiones que conozco han tenido el efecto contrario", sentencia Perkins.

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