Economía

China encuentra el punto débil de Occidente y va a usarlo para intentar ganar la guerra comercial y algo más

  • El avión de combate F-35 requiere más de 408 kilogramos de tierras raras
  • China tiene un absoluto dominio sobre unos minerales que son la clave del futuro
  • La disputa no es ya la guerra comercial, es por el dominio futuro de la economía global

Aunque el acuerdo entre EEUU y China se dé por hecho, este choque entre ambas potencias puede ser el inicio de una nueva era. Desde el primer mandato de Donald Trump, EEUU ha intentado torcer el brazo a China en la guerra comercial a través de aranceles, controles de exportación y restricciones tecnológicas. Como si de una carrera se tratara, la primera potencia del mundo buscaba impedir el rápido avance de la segunda con sus restricciones y músculo financiero. Sin embargo, Pekín podría haber encontrado el punto débil de EEUU... y de todos sus aliados occidentales: el control absoluto de las tierras raras, un grupo de minerales imprescindibles para la fabricación de imanes permanentes utilizados en automóviles eléctricos, drones, misiles, turbinas eólicas, cazas y robótica. Sin estos minerales es muy difícil que algunas industrias punteras puedan seguir el ritmo de la competencia global, pero sobre todo el ritmo que está empezando a adquirir la tecnología China. Aún es muy pronto para sacar conclusiones, pero si China deja a EEUU sin acceso a las tierras raras, el país que comenzó imponiendo los aranceles podría terminar siendo la gran víctima de la guerra comercial. No solo eso, el liderazgo de EEUU y los países aliados (Europa, Australia..) estaría en juego en varios sectores.

Cabe recordar que cuando EEUU elevó los aranceles a niveles históricos, China contraatacó deteniendo en seco sus exportaciones de estos elementos estratégicos, generando un efecto dominó en las cadenas de producción globales. El impacto fue inmediato y global. Fabricantes como Ford y Suzuki paralizaron líneas de montaje; Elon Musk alertó de problemas en su negocio de robótica; y compañías europeas como Volkswagen y ZF (un fabricante de cajas de cambios) empezaron a buscar alternativas, sin mucho éxito. La industria alemana en bloque ha alertado sobre esta situación.

Como explica Hebe Chen, analista de Vantage Markets, "China usó su dominio en tierras raras como un arma para alterar el equilibrio negociador". Y lo consiguió. La presión fue tan intensa que EEUU tuvo que rebajar sus exigencias en la mesa de negociación, culminando en un acuerdo en Londres que suaviza los aranceles, pero mantiene a China como proveedor clave de estos recursos críticos.

Jugada maestra de China

La jugada maestra de China va más allá de lo económico: es una lección geopolítica. El nuevo sistema de licencias de exportación no solo permite a Pekín controlar a quién vende y cuándo, sino también entender con precisión dónde termina cada gramo de tierras raras. Como advierte Noah Barkin, asesor del Rhodium Group, esta capacidad se convierte en una "espada de Damocles" sobre las negociaciones futuras, según recogen desde la agencia Bloomberg.

Aunque el acuerdo temporal con EEUU ha desbloqueado algunas exportaciones, China ha dejado claro que no permitirá el acopio de materiales, especialmente en sectores sensibles como la defensa. En un mundo interconectado, donde las industrias de vanguardia dependen de imanes invisibles, pero esenciales, China ha demostrado que el verdadero poder está en los eslabones más discretos de la cadena. Y en esa cadena, hoy por hoy, el punto más fuerte de China es, paradójicamente, la mayor debilidad de Occidente.

Las restricciones al flujo de tierras raras desde China podrían tener implicaciones para toda la economía estadounidense, incluido el complejo militar-industrial. El avión de combate F-35 requiere más de 408 kilogramos de tierras raras, según el Departamento de Defensa de EEUU.

Keith Bradsher, periodista experto en tierras raras en The New York Times, explicaba que los estrictos controles de China sobre la exportación de imanes resistentes al calor fabricados con tierras raras han puesto de manifiesto una importante vulnerabilidad en la cadena de suministro militar estadounidense. "Sin estos imanes, EEUU y sus aliados europeos tendrán dificultades para reponer sus inventarios de material militar, recientemente agotados. Durante más de una década, Estados Unidos no ha logrado desarrollar una alternativa al suministro chino de un tipo específico de tierras raras, crucial para la fabricación de imanes para misiles, aviones de combate, bombas inteligentes y muchos otros equipos militares".

El pasado 4 de abril, China anunció que restringiría la exportación de siete tierras raras, requiriendo licencias para exportar estos metales, así como compuestos, aleaciones y productos que los contengan. Los elementos afectados eran el samario, el gadolinio, el terbio, el disprosio, el lutecio, el escandio y el itrio. No era la primera vez que China restringía la exportación de metales especiales. En julio de 2023, se introdujeron licencias para las exportaciones de galio y germanio; en diciembre de 2023, para el grafito; en septiembre de 2024, para el antimonio; y en febrero de 2025, se introdujeron seis más: tungsteno, telurio, bismuto, indio, molibdeno y tungsteno. Sin embargo, esta sí era la primera vez que las tierras raras como tal se veían afectadas.

"El término tierras raras se utiliza a menudo de forma imprecisa. Técnicamente, se refiere a los 15 lantánidos (entre los que se encuentra el samario), además del escandio y el itrio. Sin embargo, otros metales especiales, como el galio o el antimonio, suelen denominarse elementos de tierras raras, aunque no lo sean. Además, los elementos de tierras raras se dividen en ligeros y pesados, y China ostenta una posición prácticamente monopolística en el procesamiento de elementos de tierras raras pesados", aclara Volkmar Baur, estratega de Commerzbank.

Cuando China introdujo los procedimientos de licencia para la exportación de galio y germanio en julio de 2023, transcurrieron aproximadamente dos meses antes de que se otorgaran las primeras licencias. En consecuencia, no se exportó ni galio ni germanio desde China en agosto ni septiembre de 2023. Incluso después de la entrada en vigor de la licencia, la recuperación de las exportaciones de galio tardó varios meses. Esto es la mejor prueba de la 'llave' que tiene China con estos materiales y el poder que le confieren.

El trono perdido de EEUU

EEUU fue el principal productor mundial de estos materiales entre las décadas de 1960 y 1980, pero su posición se desvaneció a medida que China comenzó a intensificar sus esfuerzos. Los competitivos costes del gigante asiático le permitieron inundar el mercado con tierras raras baratas y establecer un cuasi monopolio sobre la cadena de suministro global. Ahora mismo China es responsable de alrededor del 70% del volumen extraído de las minas. Produjo 270.000 toneladas métricas de tierras raras en 2024, duplicando su producción en cinco años, según datos del Servicio Geológico americano. EEUU quedó en un distante segundo lugar con 45.000 toneladas.

"El comercio de tierras raras es minúsculo. La mayoría de las estimaciones sitúan el total en unos 10.000 millones de dólares anuales, lo que representa menos del 0,1% del comercio mundial de bienes. Sin embargo, su uso en diversos productos, como vehículos eléctricos, smartphones, ordenadores portátiles, turbinas eólicas y equipos de defensa, implica que su importancia para la fabricación mundial es mucho mayor de lo que este bajo valor podría implicar. Además, dado que China es responsable de aproximadamente el 60% de la producción de tierras raras extraídas y del 90% del suministro refinado, sus acciones son cruciales", ponen en situación los analistas de Capital Economics.

La afirmación del presidente Trump de que China ha acordado suministrar a EEUU "CUALQUIER TIERRA RARA NECESARIA... POR ADELANTADO" podría parecer que traza una línea bajo las preocupaciones sobre la escasez de suministros y los cierres de producción. Pero las restricciones podrían volver a aumentar. "Los primeros indicios dejan entrever que Trump no ha logrado tanto como afirma. Según diversas informaciones, China emitirá licencias rápidas de exportación a empresas estadounidenses. Sin embargo, estas solo durarán seis meses y se mantendrá el sistema de controles de exportación para tierras raras. Dada la larga duración de estos controles, la influencia que otorgan a China y el hecho de que aparentemente están relacionados con la seguridad nacional, esto no nos sorprende", analizan desde Capital Economics.

Los problemas ya habían aparecido hace tiempo y ahora podrían agudizarse. "Los funcionarios de la administración Biden estaban tan preocupados por la falta de suministro nacional de samario (muy necesario para armas, aviones...) en el ejército estadounidense que firmaron importantes contratos para la construcción de dos plantas de producción de samario. Ninguna de las dos se construyó, lo que ha dejado a EEUU totalmente dependiente de China", afirma el experto de The New York Times. Esto va más allá de la guerra comercial, es una batalla por el dominio global.

Además, "la interrupción del suministro de samario en los últimos dos meses se produce en un momento en que EEUU y sus aliados en Europa se apresuran a reponer sus inventarios de armamento avanzado. Estas reservas se han visto gravemente mermadas por los envíos a Ucrania tras la invasión rusa y, en el caso de Estados Unidos, a Israel durante el conflicto de Gaza", señala el experto.

Esta lucha por las tierras raras va más allá de la guerra comercial. Esta lucha es una competición por el dominio de la economía global y como consecuencia por el liderazgo militar. Aunque esta batalla acaba de empezar, las políticas de Donald Trump que buscan obstaculizar a China podrían ser, paradójicamente,una suerte de acelerador del sorpasso económico y militar de Oriente a Occidente.

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