La decisión de China de restringir las exportaciones de tierras raras ha activado las alarmas en el sector automovilístico global. Los fabricantes estadounidenses fueron los primeros en quejarse de esta medida, la cual afecta a las aleaciones, mezclas e imanes de este compuesto, amenazando con provocar retrasos y cortes en la producción. Ahora, otras automovilísticas se han unido a la preocupación emitida por las compañías norteamericanas.
La organización VDA, que representa los intereses de la industria automotriz alemana, ha afirmado este martes que los límites a la exportación de tierras raras impuestos por Pekín el pasado mes de abril pueden frenar la producción de coches germana. Es la primera vez que esta organización alerta de la posibilidad de un frenazo en la fabricación de coches por los límites impuestos por China al comercio de tierras raras.
Este aviso llega una semana después de que Bajaj Auto, fabricante indio de vehículos eléctricos, comunicara que la producción estimada para julio puede verse afectada por las limitaciones chinas a la exportación de tierras raras. Se trata de un clamor global contra una medida enmarcada en plena guerra comercial entre EEUU y China: el país asiático quiere utilizar su dominio sobre los minerales críticos para presionar a Washington y obligarle a revertir su ofensiva arancelaria.
El aumento de la preocupación por parte de los fabricantes automovilísticos se produce en un momento en el que las posiciones entre ambas potencias parecen estar alejadas. Trump acusó recientemente a China de haber violado el preacuerdo (prácticamente un pacto de caballeros) sellado en Suiza, algo que fue negado por Pekín, quien, por su parte, reprochó a Washington no respetar los principios de entendimiento a los que llegaron en el país centroeuropeo.