Richard Woolnough gestiona el M&G (LUX) Optimal Income, un fondo mixto defensivo que tiene casi todo su patrimonio invertido en renta fija con grado de inversión (la renta variable no llega al 0,60% de la cartera). En lo que llevamos de 2025, este fondo se anota un 0,5%, con datos de Morningstar a 13 de febrero, y a 10 años repunta un 1% anualizado. En una reciente visita a Madrid para reunirse con clientes atendió a las preguntas de elEconomista.es.

El inicio de año ha sido complicado para los fondos de inversión sostenible. Sobre todo para los más centrados en las energías renovables, un sector que ha vivido un enero difícil. Las promesas y anuncios realizados por Donald Trump, presidente de EEUU desde su investidura el 20 de enero, han tirado por tierra las cotizaciones de las empresas vinculadas a las energías limpias. El índice sectorial mundial, el S&P Global Clean Energy Transition Index, se deja un 3,8% desde el día de la toma de posesión, y el selectivo europeo de las renovables, el European Renewable Energy Index, cae un 3,3%. Ambos cotizan en zona de mínimos históricos, algo que contrasta con los máximos de todos los tiempos que acaban de tocar el S&P 500 o la bolsa europea. Por si esto fuera poco, Trump también ha atacado a los temas sociales, al suprimir los programas DEI (de diversidad, igualdad e inclusión) que había impulsado su predecesor, Joe Biden.

Las empresas, entidades financieras y organismos públicos españoles emitieron en 2024 un total de 24.151 millones de euros en bonos sostenibles, un 14% más que el año anterior. Así lo revela el informe anual de Ofiso, el Observatorio Español de la Financiación Sostenible, que se ha publicado este jueves. Ese crecimiento en España supera holgadamente el 2% que aumentaron este tipo de colocaciones en el mundo el año pasado (hasta rozar los 950.000 millones de euros).

En los últimos días hemos seguido presenciando un goteo de bajadas de los intereses que pagan los depósitos a plazo fijo, al tiempo que el Banco Central Europeo baja los tipos. El último recorte por parte del Banco Central se produjo el pasado 30 de enero, cuando la entidad anunció su quinta bajada de tipos desde junio de 2024, dejando el precio del dinero en el 2,75%.

Desde el lunes 20 de enero, fecha de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EEUU, la inversión en base a criterios ESG (acrónimo anglosajón de ambiental, social y de gobierno corporativo) se ha llevado varios sobresaltos. El líder republicano anunció, nada más estrenarse en el cargo, medidas concretas contra la energía eólica (esto hace daño a la E de ESG) y suprimió los programas públicos de diversidad e inclusión (esto afectaría a la S, la parte social). Trump también advirtió que el país perforará más para extraer petróleo ("we're gonna drill, baby, drill", dijo). Con todo esto, no extraña que el índice bursátil mundial sostenible, el MSCI World Selection (antes denominado MSCI World ESG Leaders Index) haya caído un 2,3% en tres semanas, mientras que la referencia tradicional, el MSCI World, sólo se deja un 0,6%.

Las cotizadas del sector de las renovables han sufrido una larga travesía del desierto en bolsa. Ahora que, por fin, los tipos de interés empiezan a bajar (algo que las favorece, ya que suelen ser empresas muy apalancadas), el efecto Trump les pasa factura. El presidente de EEUU ha anunciado medidas que penalizan particularmente a la energía eólica, además de haber advertido que el país extraerá más petróleo ("we're gonna drill, baby, drill", dijo en su discurso de investidura). Por si esto fuera poco, también ha retirado su apoyo al coche eléctrico.

A los inversores conservadores no les va a quedar más remedio que asumir riesgo si quieren seguir obteniendo las mismas rentabilidades que hasta hace bien poco les daban los monetarios. Lo explica Philippe Berthelot, responsable de renta fija y mercados monetarios en Ostrum (filial de la francesa Natixis IM), quien respondió a las preguntas de elEconomista.es durante una reciente visita a Madrid.

Las rentabilidades de los depósitos a plazo fijo han ido cayendo, pero todavía hay unos cuantos que permiten batir a las Letras. Justo este martes, 4 de febrero, el Tesoro colocó Letras a un año, y lo hizo a un interés bastante más reducido que el mes anterior, al 2,22%. En el mercado español están disponibles varios depósitos a este mismo plazo que superan esa rentabilidad. Pero hay que darse prisa en contratarlos porque, como decimos, cada semana vemos cómo los vehículos más rentables recortan su remuneración. Le puede interesar: El bono a 10 años cae del 3% al relajarse los temores inflacionarios por Trump.

El bono español a 10 años cedió este miércoles el nivel del 3%, que no perdía desde mediados de diciembre. La rentabilidad del papel a una década despidió la sesión en el 2,98%, su nivel más bajo en mes y medio. Las compras fueron la tónica general en la jornada, y no sólo en lo que respecta a España, sino en todas las grandes referencias de deuda soberana. Estas compras que se registraron en el mercado secundario provocaron subidas del precio y, por tanto, caídas de la rentabilidad.

Toda la renta fija está ya en positivo en el año. Si nos fijamos en las principales categorías de deuda que recoge Bloomberg, que son una veintena, todas suben por precio en 2025. El verde se impone en el mercado de deuda, dando un respiro a los inversores conservadores, aquellos que tienen un mayor porcentaje de bonos en cartera. Las compras que hemos visto en renta fija en los últimos días demuestran que el mercado ya no cree que los aranceles de Donald Trump, presidente de los EEUU, vayan a ser tan inflacionistas como se descontó inicialmente.