
Desde el lunes 20 de enero, fecha de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EEUU, la inversión en base a criterios ESG (acrónimo anglosajón de ambiental, social y de gobierno corporativo) se ha llevado varios sobresaltos. El líder republicano anunció, nada más estrenarse en el cargo, medidas concretas contra la energía eólica (esto hace daño a la E de ESG) y suprimió los programas públicos de diversidad e inclusión (esto afectaría a la S, la parte social). Trump también advirtió que el país perforará más para extraer petróleo ("we're gonna drill, baby, drill", dijo). Con todo esto, no extraña que el índice bursátil mundial sostenible, el MSCI World Selection (antes denominado MSCI World ESG Leaders Index) haya caído un 2,3% en tres semanas, mientras que la referencia tradicional, el MSCI World, sólo se deja un 0,6%.
Pero, más allá de la volatilidad que se ha vivido en este arranque de año, lo cierto es que, si miramos a largo plazo, los inversores que han optado por adoptar un sesgo sostenible en sus carteras no han renunciado a parte de la rentabilidad, como a veces se cree. El índice mundial MSCI World ha obtenido una rentabilidad anualizada a 10 años del 8,2% , la misma que el MSCI World Selection, su hermano sostenible. Si el objetivo de todo inversor debería ser el de conseguir una rentabilidad media del 7% (que es el porcentaje que le permitirá duplicar el capital cada década), con ambos índices lo han logrado sobradamente.
El índice MSCI World Selection aplica, como la gran mayoría de índices sostenibles, un filtro best in class, según explica Claudia Antuña, socia responsable de Sostenibilidad en Afi. Es decir, "identifica, para cada uno de los sectores representados en el índice de referencia [en este caso, el MSCI World] aquellos emisores o compañías con mejor rating ESG". Se queda con las empresas "que presentan mejores prácticas empresariales en materia de sostenibilidad y, por tanto, que mejor gestionan sus riesgos extrafinancieros. Recordemos que estos índices no tienen por qué eliminar ningún sector de su universo de inversión", añade esta experta.
"Como consecuencia de esa mejor gestión de los riesgos ambientales, sociales y de gobierno corporativo, se ha demostrado que las empresas con mejor rating ESG, en media, se comportan mejor ante eventos de elevada volatilidad (riesgos de cola)", aclara Antuña. Así, en momentos de caída generalizada de los mercados, "estos emisores suelen presentar una mayor resiliencia frente a comparables de su mismo sector". Por tanto, bajo una perspectiva de binomio rentabilidad-riesgo, la inversión sostenible centrada en una mejor gestión de riesgos extra-financieros debería optimizar dicha relación. "Si a esto le sumamos una inversión en el largo plazo, donde los beneficios por esas menores caídas se vayan acumulando, la rentabilidad a medio y largo plazo también debería verse mejorada, por el puro efecto capitalización", señala.
Estas conclusiones se refieren a los índices genéricos de ESG, no a los que invierten concretamente en empresas de energías limpias (es decir, los centrados sólo en una parte concreta de la 'E' de ESG). En este caso, la foto es bastante peor para los inversores. El sector de las renovables lleva varios años durísimos en bolsa por motivos como los elevados tipos de interés, los problemas en las cadenas de suministro y, ahora, el efecto Trump. El índice S&P Global Clean Energy Transition se ha anotado solo un 0,60% anualizado a 10 años. Actualmente este índice cotiza en mínimos no vistos del Covid.

Los nombres de todos estos selectivos han cambiado recientemente. Tanto MSCI como S&P han ajustado sus denominaciones a las exigencias del regulador europeo de los mercados, Esma, que publicó en 2024 los requisitos mínimos que había que cumplir para poder utilizar denominaciones como ESG o Sostenible. MSCI ha eliminado el acrónimo ESG de sus índices, que ahora se llaman Selection, y S&P tuvo que añadir un Transition al nombre original del S&P Global Clean Energy Index. El regulador europeo sube las exigencias para los fondos que quieran llamarse "sostenibles".