La transformación digital se ha acelerado en todas las instituciones bancarias. Innovar para destacarse es una necesidad ineludible. ¿Qué sucede cuando hay que afrontar una integración de dos entidades bancarias? ¿Se puede innovar e integrar al mismo tiempo dando un salto cualitativo hacia adelante? ¿O precisamente la envergadura de dichas operaciones matará los procesos de innovación? El reto, en todo caso, es mayúsculo.