ÓPINIÓN
Nos encontramos en un momento en el que la seguridad informática ha pasado de ser la necesidad de unos pocos para convertirse en la gran inversión de muchos. Tal es la envergadura de esta situación, que hablar de la seguridad de los datos ya ha quedado anticuado. Ahora lo que nos importa es la seguridad de la información entendida como la protección de los intereses de los ciudadanos y de los sistemas de comunicación que proporcionan todos esos datos, ante posibles fallos del servicio informático, confidencialidad e integridad.