Una fórmula de inversión emerge en el sector residencial: la compra de viviendas ocupadas para después ponerlas en alquiler. Particulares y fondos ven en estos inmuebles una oportunidad para aumentar la rentabilidad de su inversión, aunque el proceso también presenta complejidades legales y financieras que pueden poner en riesgo el retorno. Por eso, antes de apostar por una operación de este tipo es esencial contar con asesoramiento especializado, evaluar los costos reales del proceso y considerar si el riesgo merece la pena frente a otras formas de inversión inmobiliaria más seguras.

Redactora de la información inmobiliaria en elEconomista, Patrimonio Inmobiliario y Vivienda a Fondo. Es licenciada en Periodismo y titulada en Relaciones Internacionales por la Universidad CEU San Pablo. También cursó el máster COPE de Radio. Trabajó en RNE, Cadena COPE, Gestiona Radio, Qué Radio!, Agencia 71 y okdiario.