Vivienda - Inmobiliario

La inmobiliaria de Warren Buffett pone cara al comprador de lujo en España

  • Existen abultadas diferencias entre los compradores nacionales y los foráneos
  • Madrid, Marbella y Mallorca son los destinos favoritos de los extranjeros
Interior de una vivienda de lujo | iStock

"A medida que España se consolida como uno de los destinos más atractivos para la inversión inmobiliaria de alto nivel, observamos una mayor diversificación en el origen y motivaciones de los compradores, aunque todos comparten un denominador común: exclusividad, calidad de vida y seguridad en sus inversiones", así explica Bruno Rabassa, CEO en Berkshire Hathaway HomeServices Spain, la metamorfosis que está experimentando el mercado nacional prime, uno de los más demandados del mundo.

La diferencia más marcada entre los compradores que buscan las propiedades más lujosas es su origen: los extranjeros se imponen en los mercados clave, mientras que los nacionales destacan en zonas secundarias. En el caso de Madrid, los estos últimos han adoptado una postura de espera, afectados por las condiciones hipotecarias actuales, mientras que los extranjeros lideran las inversiones en el mercado. "Tras la reciente bajada de los tipos de interés por parte del BCE un 0,25%, se espera que esto reactive a los compradores nacionales, aunque la escasez de stock seguirá siendo un desafío", afirman desde la dirección de la oficina de la capital.

En cambio, en Marbella son los compradores internacionales los que dominan el sector ya que protagonizan el 90% de las transacciones en propiedades superiores a los 2 millones de euros. "Británicos, suecos y neerlandeses son las nacionalidades más activas, llegando a comprar, incluso sin financiación, viviendas que pueden superar los 14.000 o incluso 30.000 euros por metro cuadrado en zonas como la Milla de Oro", destacan desde la sede de la inmobiliaria del empresario e inversor Warren Buffett ubicada en Marbella.

La situación es similar en Mallorca, donde la inversión extranjera es significativamente mayor, con propiedades que alcanzan los 20.000.000 euros frente a la inversión del cliente nacional que se sitúa en un rango de precios de entre 600.000 euros y 1.500.000 euros. Asimismo, en la Costa Blanca lidera el comprador foráneo (cerca del 90%), principalmente holandeses, polacos y alemanes, en contraste con los compradores nacionales que tienden a buscar más rentabilidad y oportunidades de inversión.

¿Y qué ocurre en Barcelona? Más del 80% de las compraventas están protagonizadas por inversores nacionales, mientras que los extranjeros focalizan su interés principalmente en Eixample, en Ciutat Vella y Vila de Gracia. "El cliente nacional puede ser comprador de Eixample y de Vila de Gracia como residencia habitual, pero en zonas menos turísticas. En Ciutat Vella el cliente nacional, en su gran mayoría, solo compra como inversión", comentan desde la oficina de la Ciudad Condal.

En lo que se refiere a la posición dominante del cliente nacional, en Málaga, pues estos representan entre el 60 % y el 70 % de las compras, enfocados en propiedades residenciales y en zonas en desarrollo, mientras que los extranjeros, con un mayor poder adquisitivo, prefieren las zonas costeras y el centro histórico.

El cambio generacional

La dinámica y perfil de los compradores varía significativamente, desde el auge de los nómadas digitales hasta el interés de los jubilados, revelando un mercado "diverso con pluralidad de preferencias". Así, en grandes ciudades como Madrid, la demanda está representada por compradores cosmopolitas entre los 35 y 60 años que buscan principalmente apartamentos en edificios clásicos con tecnología moderna y cerca de restaurantes, museos o tiendas.

En Barcelona, en cambio, la edad del comprador no es un factor determinante en el presupuesto. Las propiedades en fincas clásicas y en barrios históricos son altamente valoradas, especialmente en áreas de interés turístico y destaca una creciente demanda por parte del cliente asiático y americano.

En la costa Mediterránea, el mercado refleja un cambio generacional más patente, especialmente en lugares como Marbella, donde los compradores más jóvenes están redefiniendo el sector de lujo. A diferencia de generaciones anteriores, que veían esta zona como un destino de retiro, estos nuevos compradores quieren segundas residencias para disfrutar en su tiempo libre y demandan tecnología puntera, diseño moderno y sostenibilidad, prefiriendo áreas emergentes como Nueva Andalucía o urbanizaciones ecológicas en La Zagaleta y Benahavís.

En otras regiones como Málaga y Mallorca se observa también esta diversidad generacional. En Málaga, el mercado se adapta a una variedad de perfiles que abarca desde nómadas digitales y jóvenes profesionales que prefieren viviendas céntricas y funcionales, a familias que optan por áreas residenciales donde la seguridad y proximidad a servicios esté asegurada, indican desde la oficina de Málaga.

Tranquilidad y calidad de vida

Los jubilados, tanto nacionales como internacionales, se orientan hacia propiedades de lujo que les ofrezcan tranquilidad y calidad de vida, lo que posiciona a la ciudad como un destino ideal para el retiro. Mallorca también es testigo de la atracción de compradores internacionales cercanos a la jubilación, que eligen propiedades con vistas al mar o fincas rústicas, un hecho especialmente reseñable entre los estadounidenses. En contraste, los jóvenes que trabajan de manera remota buscan un entorno agradable y adecuado para vivir, lo que ha impulsado un aumento en la demanda de propiedades que se ajusten a este estilo de vida en la isla, aseguran desde Berkshire Hathaway HomeServices Nova Mallorca.

En la Costa Blanca el perfil predominante de los compradores es el de mayores de 50 años, motivados por el deseo de vacacionar en España y, eventualmente, retirarse allí. Como indican desde la sede de la compañía ubicada en Denia, estos compradores se inclinan por casas con estilo ibicenco y toques rurales, mientras que la demanda de viñedos ha disminuido en favor de inversiones en el mercado hotelero o en parcelas para construir.

"El mercado inmobiliario en España refleja una rica diversidad en las preferencias de compra. Cada región ofrece oportunidades únicas que se adaptan a las necesidades y deseos de los compradores para dar forma al estilo de vida que anhelan. Así, el sector continúa atrayendo a todo tipo de inversores, evolucionando positivamente año tras año", concluye Bruno Rabassa.

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