Opinión
Desde hace más de diez años se nos viene repitiendo machaconamente que la ventaja icónica para el usuario de optar por una VTC consiste en que sus precios son dinámicos: están determinados mediante algoritmos omniscientes que se ajustan a las condiciones de oferta y demanda. Pero ¿va esto realmente en beneficio de aquél? ¿Son realmente más baratos los servicios de VTC? ¿Es el algoritmo del establecimiento de precios efectivamente transparente?