Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas
Juan Velarde

En gran medida, gracias al impulso de Marx, en el siglo XIX surgió la tesis de que era posible crear una sociedad feliz gracias a medidas económicas ligadas a lo que se comenzó a llamar socialismo. Hace ahora un siglo, con la revolución bolchevique, se inició la puesta en marcha de esos experimentos. Al contemplarlos, observamos que se ha ido de fracaso en fracaso, y solo cuando se volvieron a aceptar los mensajes de la ciencia económica ortodoxa, con abandono de aquella quimera socialista, vuelve a reinar la eficacia del aparato productivo, y el bienestar material se consolida. Precisamente por eso, ¿le queda, un siglo después de iniciada por Lenin la marcha hacia el socialismo con la revolución bolchevique, algo de esa pretendida situación socialista en Rusia? Y lo mismo sucede en China, y no digamos en los países de la Europa Oriental.

Juan Velarde

Efectivamente, desde el inicio, a finales del siglo XVIII, de la Revolución Industrial, nunca España ha tenido un impulso tan fuerte para el desarrollo de su economía, como a lo largo de los últimos sesenta años. Hay una España económica en 1958; existe otra totalmente diferente en 2018. Pero eso no garantiza que el proceso efectuado no pueda tener un freno considerable. Conviene tenerlo en cuenta para tomar las medidas precisas para impedirlo.

Juan Velarde

La actual realidad económica española presenta un aspecto global que conviene tener muy en cuenta. Por un lado es evidente que nos encontramos en un momento de avance clarísimo en nuestro desarrollo. Una muestra de que el optimismo es su característica es que, cuando redacto este artículo, el sábado 9 de junio de 2018, leo en elEconomista que "el Ibex cerró la semana como la plaza más alcista del Viejo Continente, tras sumar un 1,18%". Añadamos los últimos datos de reducción del paro y de afiliación a la Seguridad Social, o el auge de los activos inmobiliarios o las noticias que llegan de proyectos de inversiones extranjeras en España -salvo lo que sucede en Cataluña- y de colocaciones de capitales a largo plazo españoles en el extranjero, sobre todo en Iberoamérica. Los datos de cómo va marchando el incremento del PIB en 2018 en los países desarrollados muestran que, el 2,9% que se estima el incremento de España va por delante del 2,2% de EEUU, del 2,5% de Alemania, del 2,1% de Francia, del 1,5% del Reino Unido, o del 1,5% del renacido Japón, en los porcentajes respecto al mismo periodo del año anterior. Este dato que muestra el alza interanual de la coyuntura española según el INE nos indica que, como sucede desde hace tres años, simultáneamente se sitúa, por lo que se refiere al PIB, en torno sistemáticamente al 3% anual, lo que impresiona. Y al analizarlo, en el Informe Mensual de Caixa Bank Research, correspondiente a mayo de 2018, se señalaba que "la inversión mantiene el tono y el consumo privado se muestra muy dinámico. Por el lado de la oferta, la confianza empresarial es elevada, con unos indicadores de actividad del primer trimestre de 2018 que mantienen el repunte de fin de año, donde hubo un fuerte gasto en inversión productiva".

Juan Velarde

Basándose en varias fuentes socialistas, en elEconomista de 26 de mayo de 2018, se señala que el intento de Sánchez de alcanzar el poder, tras la moción de censura que ha planteado al Gobierno de Rajoy, tiene un objetivo final: "Poner en marcha una agenda social", cuyo contenido cabe prever que "tendrá medidas como la puesta en marcha de la renta mínima vital, la subida del salario mínimo interprofesional hasta alcanzar los 1.000 euros en 2020, o la aprobación de un nuevo estatuto de los trabajadores que derogue la reforma laboral, así como un plan de choque contra el paro de larga duración y los jóvenes". Esta información de Silvia Zancajo que aparece en la página 12, concluye así: "Esos son, al menos, las principales medidas de corte social de la agenda impulsada por el PSOE que ha ido desgranando en los últimos meses".

Es imposible conocer a fondo el funcionamiento de una economía nacional, si ignoramos el papel importantísimo que tienen los reguladores y supervisores independientes respecto a ese colosal poder que han pasado a tener los miembros de la que llamaba Perpiñá Grau “el círculo económico superior” expuesto por primera vez en su trabajo “Sociedades de promoción de empresas en Alemania” (Madrid 1929), y que más de una vez he pasado a pensar que antecede, como análisis de una realidad, a la que pasó a ser muy divulgadora aportación de Baran y Sweezy, con su planteamiento marxiano en “Monopoly Capital. An Essay in the American Economic and Social Order” (Monthly Review Press, 1966). Y por supuesto, también se relacionan con esto las polémicas derivadas del famoso modelo de equilibrio general Arrow-Debreu.

Juan Velarde

En estos momentos hemos pasado a recordar cómo los universitarios españoles consideraron necesario un movimiento de cambio político-económico radical. Ahí está el espléndido libro del profesor Elorza sobre las utopías del 68, derivados de los acontecimientos surgidos en París, con los Cohn-Bendit y colegas, a más de las novedades económicas existentes en aquellos momentos, aparte del intento surgido en Praga, de coordinar comunismo procedente de la línea stalinista con democracia, y por supuesto, con el contenido del Libro Rojo de Mao. Después no ocurrió nada de eso.

Juan Velarde

Efectivamente, el pasado mes de abril no solo ha traído esa primavera a España desde el punto de vista climatológico, sino que también ha creado un ambiente económico nuevo. Las novedades han sido, en este sentido, notables. Por un lado, se ha superado definitivamente la fuerte depresión creada por la conjunción de la crisis subprime de los Estados Unidos, que se combinó con la errónea política económica del Gobierno de Rodríguez Zapatero. Para ello fue necesario alterar muy profundamente el funcionamiento de nuestra economía en aspectos que van desde culminar la ordenación del sistema crediticio a flexibilizar en algún grado el mercado del trabajo. El triple resultado de todo esto ha sido un crecimiento cada vez más fuerte del PIB; por otro, un aumento muy rápido en las cifras de la población activa con el correlato del derrumbamiento del desempleo; la tercera realidad positiva ha sido un crecimiento fortísimo de las exportaciones, a lo que se añade que los otros elementos de las balanzas exteriores, se modificaron de tal modo que el fantasma que era habitual en la economía española, del déficit exterior, ha dejado de existir.

En junio de 1930 pronunció Keynes una conferencia en Madrid titulada luego definitivamente por él, “Las posibilidades económicas de nuestros nietos”. Pronosticó y acertó que éstas iban a ser extraordinarias. Y añadía una innovación, pero eso no parecía que era de gran importancia, al señalar que pensaba “con temor en el reajuste de los hábitos e instintos del hombre corriente alimentados por incontables generaciones” creadoras de valores a los que se podían, equivocadamente, considerar que eran, incluso, intolerables.

Actas del I Encuentro Iberoamericano de Academias. 16-18 de octubre de 2017, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Madrid, 2018, 419 más VII págs.