La gestión del suelo en los desarrollos urbanísticos constituye un pilar esencial en la configuración, evolución y crecimiento de nuestras ciudades. Este proceso, que trasciende la mera adquisición y transformación del suelo en terrenos edificables, involucra una serie de decisiones estratégicas que condicionan la estructura, accesibilidad y sostenibilidad de la urbe a largo plazo. En un contexto marcado por la improvisada urbanización y la creciente demanda de vivienda, el uso adecuado de este recurso ha cobrado especial relevancia, sobre todo en grandes metrópolis como Madrid.