La estabilidad del sistema institucional basado en la Constitución de 1978 ha sido un factor determinante, tanto para el proceso de modernización y desarrollo mostrado por nuestro país desde el último cuarto del siglo XX, como para la superación de los numerosos e importantes retos que ha supuesto la concurrencia, en algo más de una década, de tres grandes crisis de alcance internacional y, en sus inicios, de impactos en gran parte desconocidos.