Cegados por el ritmo desenfrenado de la actualidad y por el intervencionismo de reguladores y legisladores, que dictan órdenes para atenuar el efecto combinado de la escasez de suministros energéticos y del encarecimiento de cualquier producto, otras cuestiones nos pasan desapercibidas. Como que una industria no se ha visto afectada por este frenesí revisionista: la de las telecomunicaciones. Y no es casual: es uno de los pocos sectores que ha fortalecido el poder adquisitivo del consumidor, además del pilar que mantuvo gran parte de la actividad económica desde marzo de 2020.