Los alquimistas, que, al parecer, todavía recorren los caminos francos de nuestros días, pretendían convertir los metales innobles en oro fino. Para ello ensayaban una y otra vez en crisoles forjados en mil intentos inútiles. También buscaban el elixir de la eterna juventud y la panacea universal. Si se tiene todo esto, ¿qué más puede uno desear? La alquimia se basa en saberes antiguos que fluían en el Egipto helenístico, Arabia, después, la India, la luminosa edad media europea, o la edad moderna y contemporánea occidental. De aquellos alquimistas, la química moderna y la idea de la perseverancia en la adquisición del conocimiento, aunque fuese esotérico. Algunas estafas también.

Socio fundador de LoRIS (Longevity & Retirement Income Solutions)