Director de McKinsey Global Institute
Jiang Kejun / Jonathan Woetzel

A comienzos de 2017, China anunció que invertiría 360.000 millones de dólares en energías renovables para 2020 y descartaría sus planes de construir 85 plantas energéticas a carbón. En marzo, las autoridades chinas informaron que el país ya superaba los objetivos de energía, intensidad del uso de carbón y su proporción de fuentes de energía limpia. Y recién el mes pasado, la autoridad energética de China, la Administración Energética Nacional, lanzó nuevas medidas para reducir la dependencia del país en el carbón.

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