Si alguna lección hemos aprendido con la crisis sanitaria del Covid-19 es que la tecnología ha sido la pieza determinante para que muchas actividades de la economía siguieran funcionando con total normalidad, incluso en condiciones que nunca antes podríamos siquiera haber imaginado. Como infraestructura crítica, los mercados financieros han sido siempre conscientes de la trascendencia de garantizar su operatividad bajo toda circunstancia, como así ha sucedido.